CONSECUENCIAS DE LA PANDEMIA

EEUU redobla las acusaciones contra China mientras espera una explosión del covid-19

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante una reunión con los expertos sanitarios, en la Casa Blanca, el pasado 14 de abril

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante una reunión con los expertos sanitarios, en la Casa Blanca, el pasado 14 de abril / WHITE HOUSE

Ricardo Mir de Francia

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En plena desescalada de las restricciones impuestas contra el coronavirus, plasmada este fin de semana con la reapertura parcial de la economía en una treintena de estados, la Administración de Donald Trump continúa echando balones fuera sobre su cuestionada gestión de la crisis. El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo el domingo que hay “una enorme cantidad de pruebas” de que el nuevo coronavirus se originó en un laboratorio chino de la provincia de Wuhan. Pompeo no aportó ninguna, pero su Gobierno espera presentar esta semana un informe con evidencias “concluyentes” al respecto. El recrudecimiento de las tensiones con Pekín coincide con la revelación de un documento gubernamental interno que predice una explosión de los casos de Covid-19 durante el mes de mayo.

Los mensajes de la Casa Blanca respecto a China han entrado en directa contradicción con el análisis de los servicios de inteligencia, después de que la semana pasada se alinearan con el consenso científico al asegurar que no hay pruebas de que el virus fuera manufacturado o genéticamente modificado. La disonancia de criterios no ha impedido que la Administración continúe cargando las culpas a China, a pesar de que EEUU sigue siendo el epicentro mundial de la pandemia, con casi 1,2 millones de contagios y 68.000 fallecidos, una cifra que supera a los estadounidenses muertos durante la guerra de Vietnam (1964-1975) y que el propio Trump ya eleva a 100.000. “China ha cometido un terrible error”, dijo Trump el domingo durante un ‘town hall’ virtual en el Lincoln Memorial de la capital. “Trataron de ocultarlo. Es como un incendio, no pudieron extinguirlo”.

Reactivar la guerra comercial

Un reciente informe del Departamento de Seguridad Interior obtenido por Associated Press sostiene que la jerarquía china “ocultó intencionadamente la severidad” de la epidemia desde principios de enero. Una postura que habría adoptado para poder hacer acopio de material médico sin tener que competir con otros países, según la lectura de la Administración. La Casa Blanca quiere pasar de la retórica a la acción. Baraja medidas punitivas como la reclamación de compensaciones económicas o el relanzamiento de la guerra comercial con Pekín, escenarios que perturbarían la necesaria cooperación internacional para superar la pandemia y reactivar la economía global.

La búsqueda de chivos expiatorios está yendo acompañada de una defensa numantina de la gestión de la crisis, a medida que crece en las encuestas la desafección con el liderazgo del presidente durante la crisis. Después de que Jared Kushner dijera la semana pasada que la gestión del coronavirus es una “brillante historia de éxito”, unas palabras que algunos medios tildaron simplemente de burda propaganda, Trump dijo el lunes que ha recibido “grandes halagos” por su manejo de la situación. “Especialmente por nuestra gran producción de los respiradores que desesperadamente necesitábamos, la construcción de hospitales y camas de campaña y las cosas estupendas que estamos haciendo con los test”. 

Cifras de miedo

La realidad es, sin embargo, bastante más sombría. Un documento oficial para consumo interno, filtrado al ‘New York Times’, sostiene que a finales de mayo se producirán una media de 200.000 contagios diarios, muy lejos de los 25.000 actuales. El análisis de la agencia de gestión de emergencias (FEMA), basado en los modelos matemáticos del Centro para la Prevención de Enfermedades (CDC), habla también de hasta 3.000 muertos diarios a principios de junio, unas cifras que cuestionan la estrategia adoptada por muchos estados para iniciar la reapertura gradual de sus economías. 

Ya el domingo Trump reconoció que la cifra de muertos podría llegar hasta los 100.000, bastante más de lo que predijo hace unas semanas. Pero también sostuvo que, de no haber cerrado las fronteras con China en febrero, el número de fallecidos podría haberse disparado hasta los cinco millones. El presidente dijo también que espera que haya una vacuna antes de que acabe el año, cuando los científicos creen que tardará un mínimo de 12 meses.