TENSIÓN EN ORIENTE PRÓXIMO

Diversos países árabes condenan la muerte de Soleimani y advierten de sus consecuencias para la región

Líbano y Siria califican el ataque de "asesinato criminal" e Irak acusa a Washington de "violar flagrantemente la soberanía iraquí"

Manifestación de protesta en Teherán por el asesinato de Soleimani.

Manifestación de protesta en Teherán por el asesinato de Soleimani. / periodico

Ana Alba

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Diversos países árabes han condenado este viernes el asesinato de Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza al Quds de los Guardianes de la Revolución de Irán, y de un líder de la milicia chií iraquí Multitud Popular, en un ataque estadounidense en Bagdad, la capital de Irak.

El primer ministro dimisionario iraquí, Adel Abdelmahdi, ha condenado los asesinatos en un comunicado y los ha calificado de "violación flagrante de la soberanía iraquí y ataque a la dignidad del país".

Además, ha advertido de que esta acción representa "una escalada peligrosa que enciende una guerra destructiva en Irak, en la región y en el mundo", y ha denunciado que el ataque contraviene las condiciones y el papel de las fuerzas de EEUU desplegadas en Irak, cuyo cometido es entrenar a las tropas iraquís y luchar contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), "bajo la supervisión y con la aprobación del Gobierno iraquí".

Reacción contundente en Líbano

La reacción ante la muerte de Soleimani también ha sido contundente en Líbano, cuyo presidente, Michel Aoun, la ha calificado de "asesinato criminal". Por su parte, el Ministerio de Exteriores libanés ha señalado en un comunicado que el ataque es "una violación de la soberanía iraquí y una escalada peligrosa contra Irán que aumentará las tensiones en la región".

Beirut pide "mantener al Líbano al margen de las repercusiones de este peligroso incidente porque es necesario para su seguridad y estabilidad política que se garantice su salida de la crisis económica y financiera" que vive el país. El Gobierno libanés se ha distanciado así de lo sucedido, para no verse arrastrado por el eje chií de Oriente Próximo, del que forma parte junto a los aliados árabes de Irán, en primer lugar Siria.

Soleimani se encargaba de las operaciones de los Guardianes de la Revolución en el exterior, sobre todo en Siria y en Irak, y estaba en estrecha coordinación con los movimientos afines a Teherán en toda la región, como el grupo libanés Hizbulá.

Hizbulá promete venganza

Su líder, Hasan Nasralá, ha asegurado hoy que seguirá la senda del comandante fallecido hasta "conseguir sus objetivos" y ha prometido vengar su muerte en declaraciones al canal de televisión libanés Al Manar, portavoz de Hizbulá.

Para el Gobierno sirio, el asesinato de Soleimani es una "agresión criminal traicionera" semejante a los métodos de "bandas criminales", según un comunicado del ministerio de Exteriores en Damasco.

El régimen de Bashar al Asad ve la muerte de Soleimani como una "grave escalada de la situación en la región". Los Guardianes de la Revolución han sido un apoyo fundamental para Damasco desde el inicio de la guerra en Siria en el 2011, han luchado sobre el terreno y han asesorado al Ejército de Asad, junto a milicias chiís como Hizbulá.

Damasco ha culpado a Washington de la inestabilidad en Irak debido a "su política de generar tensiones y alimentar conflictos en los países" de la zona. En Yemen, los rebeldes hutís, apoyados por Irán, han amenazado con una "respuesta rápida y directa" contra EEUU.