Fin de una era

Macri se despidió con un baño de masas y la advertencia de que será implacable con su sucesor

Macri ondea una bandera argentina en el mitin de clausura de su campaña electoral, en Córdoba.

Macri ondea una bandera argentina en el mitin de clausura de su campaña electoral, en Córdoba. / periodico

Abel Gilbert

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"Mauri no nos dejes solos", le pidieron con carteles y a los gritos y Mauricio Macri le dedicó su último discurso a los hombres y mujeres que lo votaron diciéndoles que los lleva "en el corazón". A ellos les prometió ser un guardián implacable del programa conservador cuyo ciclo finaliza el 10 de diciembre. "Esto recién empieza", dijo sobre el balcón de la Casa Rosada, la sede del Poder Ejcutivo, al presentarse como la garantía de una oposición implacable a su sucesor, el peronista Alberto Fernández. Aunque prometió llevar a cabo una "oposición constructiva" lanzó una advertencia: "tenemos que cuidar a nuestra querida Argentina de que no la roben, que no la maltraten, que no la estafen, que no la descuiden nunca más".

Miles de personas acudieron a la Plaza de Mayo a acompañar el epílogo del Gobierno de derechas. En su gran mayoría pertenecen a las clases medias y alta de este país. Más que el amor a Macri las une el odio profundo que sienten por el peronismo y en especial hacia Cristina Fernández de Kirchner. No faltaron los carteles en los que se le pide a la justicia enviar tras las rejas a la vicepresidente electa que inicia sus funciones el próximo martes.

El mandatario saliente insistió en ese sentido que la defensa de las libertades no son "negociables". También habló de la necesidad de seguir contando con una "justicia independiente".

Acompañado de su esposa, la empresaria textil Juliana Awada, y quien fuera su candidato a vicepresidente, Miguel Ángel Pichetto, Macri aseguró que "somos muchos y estamos cada vez más juntos para defender las cosas que hemos logrado y defender la Argentina si alguno quiere intentar abusar". Sus palabras arrancaron ovaciones. "Mauricio nos devolviste la dignidad", "Mauricio van a rogar por tu vuelta", escuchó que le decían desde la plaza.

Durante su breve discurso, el todavía jefe de Estado dijo a su vez sentir "tristeza por no seguir trabajando juntos en esas reformas que nuestro país necesita". El pasado jueves realizó por cadena nacional televisiva un balance más extenso de su gestión pero evitando hacer referencia a uno de los elementos claves que determinaron su derrota electoral el pasado 27 de octubre: la pobreza afecta a casi el 41% de la poblacion y al 59% de las personas entre 0 y 17 años.

SIN HELICÓPTERO

"Que un presidente no peronista (sin contar al general Agustín P. Justo, otro ingeniero, cuya elección, en 1931, fue cuestionada por fraude) complete su mandato por primera vez tras 91 años no es un mero gesto simbólico. Tendrá consecuencias formidables sobre el sistema democrático que los argentinos tan desaprensivamente vapuleamos y deterioramos", señaló el diario La Nación y destacó además que "en vez de un helicóptero", Macri fue despedido por una "multitud". El autor de la columna de opinión, Pablo Sirvén, hizo referencia al modo en que concluyó el mandato de Fernando de la Rúa, a fines de 2001. En medio del estallido social causado por la declaración del "corralito financiero", y con saqueos en supercados y 33 muertos en las calles, De la Rúa presentó su dimisión. El presidente subió a la azotea de la sede del Ejecutivo y atravesó por los aires una Buenos Aires conmocionada.