INVESTIGACIÓN PERIODÍSTICA

Familiares de Asad poseen pisos de lujo en Moscú

Bashar el Asad y Vladímir Putin, en una imagen de archivo.

Bashar el Asad y Vladímir Putin, en una imagen de archivo. / periodico

Marc Marginedas

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Rusia, y más en concreto Moscú, se va perfilando como la retaguardia en la que la élite del régimen sirio, compuesta por los miembros del clan Asad y sus allegados inmediatos, descansa y se aleja de las tribulaciones de la guerra que desangra al país árabe desde hace ocho años, un lugar seguro donde invertir, a salvo de represalias o sanciones internacionales.

Una investigacióninvestigación llevada a cabo por GlobalWitness, una web especializada en asuntos de corrupción a escala mundial, ha desvelado que la familia Makhlouf, formada por los primos hermanos del dictador sirio, Bashar el Asad, posee varios apartamentos de lujo en el denominado Centro Internacional de Negocios de Moscú, un exclusivo distrito financiero formado por elevados rascacielos donde tienen su sede algunos de los bancos y compañías más importantes de Rusia y donde residen algunas de las personas más ricas del país.

Según las averiguaciones de GlobalWitness, se trata de 18 pisos valorados en 40 millones de dólares (alrededor de 36 millones de euros) y repartidos en dos vanguardistas torres en forma de cubos superpuestos. Fueron hasta el 2012 los edificios más elevados contruidos en el continente europeo, una posición que perdieron a favor del futurista rascacielos londinense 'Shard of Glass' en el 2012. La mayoría de los pisos han sido adquiridos por Hafez Makhlouf, primo hermano de Bashar el Asad, aunque otros familiares como la mujer de su hermano Rami Makhlouf, también detentan propiedades es ese lugar.

Responsable de la represión

Según Amnistía InternacionalHafez Makhlouf ocupó en el pasado un puesto preeminente en el denominado Directorado General de Inteligencia, siendo un defensor a ultranza de la represión como método para aplastar en el 2011 el levantamiento de miles de sirios pidiendo reformas y democratización. Se le responsabiliza directamente de varios incidentes que degeneraron en baños de sangre y en los que francotiradores progubernamentales abrieron fuego contra manifestantes desarmados en Deraa y Duma, en el sur del país. Rami, por su parte, está considerado como el hombre más rico de Siria gracias a que posee Syriatel, la principal compañía de telefonía móvil del país. Es, además, la principal fuente de financiación del clan Assad.

Tanto Rami como Hafez han sido objeto de sanciones internacionales, y pese a que han recurrido varias veces ante la justicia internacional, sus demandas siempre han sido rechazadas. En el artículo, GlobalWitness sostiene que "el régimen sirio", además de utilizar a Moscú como "un santuario seguro" para sus fortunas "producto de la corrupción", también lo emplea como una posible "puerta" para inyectar sus ganancias "en el sistema financiero internacional", burlando de esta manera las sanciones internacionales.