LUCHA CONTRA EL NARCOTRÁFICO

Los narcos siembran el caos en Sinaloa por la detención del hijo de 'El Chapo'

Vehículos incendiados durante un enfrentamiento de grupos armados con las fuerzas federales en Culiacán,  en el estado mexicano de Sinaloa.

Vehículos incendiados durante un enfrentamiento de grupos armados con las fuerzas federales en Culiacán, en el estado mexicano de Sinaloa. / periodico

Aitor Sáez

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Varias nubes espesas de humo negro cubrieron este jueves el cielo de Culiacán. La capital del estado de Sinaloa ardía por la furia desatada por el narcotráfico tras la detención de uno de sus cabecillas, Ovidio Guzmán López -hijo de 'El Chapo' Guzmán-, liberado varias horas después por la magnitud del caos generado. Los combates entre el crimen organizado y el Ejército se extendieron durante varias horas de balaceras, zozobra e incertidumbre. Los vecinos narraron todo por redes sociales escondidos desde sus ventanas, poniendo a todo México en vilo ante semejante despliegue de fuerza del narcotráfico.

La versión oficial llegó tarde y confusa. Según el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, alrededor de las 15.30 horas una patrulla de 30 miembros de la Guardia Nacional recibió varios disparos desde una vivienda del lujoso barrio de Tres Ríos. Los militares repelieron el ataque y tomaron el control de la vivienda, donde detuvieron a cuatro individuos, entre ellos a Ovidio Guzmán, alias 'El Ratón', señalado como sucesor de su padre al frente del cártel del Sinaloa.

Enseguida varios grupos rodearon el edificio "con una fuerza mayor que la de la patrulla", según Durazo. "Al mismo tiempo, otros grupos realizaron acciones violentas contra la ciudadanía en diversos puntos de la ciudad generando una situación de pánico". Varios lugareños reportaron hileras de camionetas bajando por las colinas, algunas con fusiles Barret en su parte de arriba, un armamento de uso exclusivo de las fuerzas armadas.

Huida de una prisión

Centenares de integrantes del cártel de Sinaloa se apoderaron de las calles y hasta de vehículos oficiales, según los vídeos que circulaban. Entre otras acciones, los narcotraficantes permitieron la huida de 20 a 30 presos de una de las cárceles. Los disparos sembraron el terror durante toda la tarde y noche. Nadie salió de su colegio, de su lugar de trabajo o del comercio más cercano donde corrieron a refugiarse "cuando se vino la guerra", como señala por teléfono a este diario una vecina, quien pernoctó en su oficina por miedo a pisar la calle y porque todo el transporte público quedó suspendido. Las autoridades tuvieron que cancelar el partido de fútbol del equipo local porque los jugadores ni siquiera podían abandonar su hotel.

El pánico se extendió por toda Sinaloa. En los alrededores de Los Mochis, localidad donde detuvieron por segunda vez a 'El Chapo' en enero del 2016, grupos armados asaltaron patrullas militares, casetas policiales y bloquearon varias vías. La reportera Dulcina Parra señala a EL PERIÓDICO que "la enorme cantidad de sicarios superan en número y en calibre de armamento a los elementos del Ejército, que en muchos puntos han tenido que bajar sus armas para evitar choques".

Ante esta situación, "con el propósito de salvaguardar la integridad y tranquilidad" de Culiacán, una ciudad de unos 800.000 habitantes, el Gobierno federal acordó "suspender acciones", anunció Durazo en un mensaje difundido a las 20.38, cinco horas después de estallar la ola de violencia. Esto significó la liberación del hijo menor de 'El Chapo', considerado como "el narcotraficante más poderoso del mundo".

Toque de queda

No con ello llegó la calma. El Gobierno estatal amplió el toque de queda, la exigencia de no salir de sus casas, al menos hasta este viernes. El principal bastión del narcotráfico amanecía como una ciudad fantasma. "El único ruido que se escucha son las aspas de los (helicópteros) MI-17", narra a este diario el reportero Julio Carro, quien apunta que "al utilizar armas de alto calibre, nunca antes el narco había generado este pavor en la población". Todavía sin un recuento de daños oficial, las autoridades avanzaron que hay decenas de heridos y varios muertos. Culiacán todavía tiembla antes de asimilar el impacto de una virulencia sin precedentes del crimen organizado.