crisis en el país latinoamericano

La crisis en Ecuador afecta al bolsillo de los ecuatorianos en España

macro ecuatorianos en barcelona

macro ecuatorianos en barcelona / periodico

Kim Amor

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La revuelta en Ecuador se enmarca en un patrón harto conocido en la historia de América Latina. Una gestión económica fallida, en este caso basada en el neoliberalismo, que deriva en la irrupción del Fondo Monetario Internacional (FMI) con un plan de rescate que tiene un alto coste social sobre la población más vulnebrable, la mayoría del país.

La crisis en el país latinoamericano mantiene en alerta a la comunidad ecuatoriana que reside en España, algo más de 135.200 personas (22.400 en Barcelona), casi todos emigrantes económicos. "Estamos viviendo una situación muy compleja. Hace tiempo que en mi país no pasa algo así", afirma Luis Villacrés, un joven ecuatoriano de 30 años que dirige el Centro Ecuatoriano en Catalunya, con sede en Barcelona. "La genta está harta y la represión en muy fuerte", añade. 

Villacrés, que abandonó su país hace quince años, recuerda que la inmensa mayoría de sus compatriotas residentes en España envian dinero a los familiares que se han quedado en Ecuador. "La media es de unos 200 euros por persona al mes. Ahora, con la subida de los carburantes y de los precios en general, como el del transporte público, deberemos de hacer un esfuerzo mucho mayor". Villacrés se muestra muy crítico con el presidente Lenín Morales al que califica de "presidente fantasma". "Fue presidente gracias al apoyo del (expresidente Rafael) Correa, del que después se distanció y ahora es su principal enemigo". 

Comunidad "humillada"

Diego Falconí, por su lado, un profesor de literatura de la UAB nacido en Quito, considera que la política neoliberal de Morales no es la única razón de la revuelta, de hecho, según afirma, "Correa también impuso medidas económicas liberales". "Es el movimiento indígena el que lidera y protagoniza las protestas, como ya hizo en la década de los noventa". Se trata de una comunidad "humillada" y "maltratada" desde siempre.

El profesor universitario, de 40 años, afirma que el indígena "es un movimiento pacífico que es blanco de una gran represión". Falconí explica como las fuerzas de seguridad lanzaron estos días gases lacrimógenos en el interior de las universidades, que sirven de centros de acogida a muchas familias de campesinos que llegan a la ciudad huyendo de la pobreza del campo.

El Gobierno califica a los indígenas de "bándolos y saqueadores", señala la poeta ecuatoriana Bernardita Maldonado que reside desde hace varios años en Barcelona donde cursa un doctorado. "Todo es mentira. La violencia policial es muy fuerte, como en una dictadura", advierte. Maldonado coincide con Falconí en el liderazgo en las protestas de  la Confederación Nacional de Entidades Indígenas (Conaie) y recuerda que el expresidente Correa se mostró al principio de su mandato "conciliador" con el movimiento indígena hasta que "lo traicionó". "Fue Correa el primero en criminalizar la protesta", sentencia.

Para mañana hay convocadas varias protestas en Barcelona organizadas por miembros de la comunidad ecuatoriana.