VIOLENCIA ULTRADERECHISTA

El terrorismo neonazi vuelve a golpear Alemania

El principal sospechoso detenido confiesa haber asesinado a tiros al político alemán Walter Lübcke indignado por su defensa de la acogida de refugiados

Un guarda de honor junto a la foto del político alemán asesinado Walter Lübcke durante el funeral en la iglesia de St. Martin en Kassel.

Un guarda de honor junto a la foto del político alemán asesinado Walter Lübcke durante el funeral en la iglesia de St. Martin en Kassel. / periodico

Carles Planas Bou

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La noche del pasado 2 de junio el político conservador alemán Walter Lübcke se paseaba tranquilamente por la terraza de su casa en Wolfhagen cuando un hombre lo asaltó y le disparó en la cabeza a corta distancia. Pocas horas después un familiar encontró su cuerpo aún con vida, pero tras llevarle al hospital falleció a causa de las heridas. Su muerte supone el primer crimen de sangre de un nuevo terrorismo ultraderechista que vuelve a golpear Alemania.

Lübcke fue asesinado por su política de acogida de refugiados. Así lo confirmó ayer a la policía el principal sospechoso de caso, Stephan E., un neonazi detenido la semana pasada. Según han avanzado los medios 'NDR', 'WDR' y 'Süddeutsche Zeitung', este radical ya fichado por las autoridades aseguró durante su interrogatorio haber actuado solo, sin cómplices e indignado por la defensa del derecho al asilo del político regional de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU).

Sin embargo, la policía tiene indicios de la participación de más personas. "Este no es el final de la investigación de este asesinato político", ha confirmado el ministro del Interior, Horst Seehofer. La fiscalía investiga el caso como un asesinato político con trasfondo ultraderechista.

Presidente del consejo regional del distrito de Kassel, Lübcke empezó a recibir amenazas de muerte el 14 de octubre del 2015, cuando en un acto político especialmente caldeado defendió la gestión migratoria de la cancillera, Angela Merkel, y aseguró que quien no compartiese los valores cristianos de respeto y convivencia "podía irse del país". Sus palabras indignaron a los sectores más radicales del país que le pusieron en el punto de mira. Este febrero un vídeo del acto volvió a circular por blogs y páginas web.

Círculo neonazi

El fiscal general federal Peter Frank ha informado a los miembros de la comisión de Interior del Bundestag, el Parlamento alemán, que aunque se encontraron y confiscaron "muchos objetos de evidencias" en la casa del detenido entre ellos no está el arma del crimen. El autor confeso del asesinato tampoco ha dado detalles sobre el paradero de esa pistola con un calibre de nueve milímetros.

Desde hace días la prensa alemana ha revelado la posible vinculación de Stephan E. con grupos violentos neonazis, algo que la fiscalía sigue investigando. Por su lado, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, los servicios de inteligencia internos del país, ya han confirmado que el detenido estuvo fichado y bajo vigilancia hace años. Aun así, no fue clasificado como peligro de extrema derecha y se le perdió de pista. El presidente de los servicios secretos, Thomas Haldenwang, ha informado de que el asesino no era uno de sus agentes dobles.

Colaborador del partido neonazi NPD y asociado a 'Combat 18', brazo armado de la célula 'Blood and Honour', fue condenado en 1995 a seis años de cárcel por un ataque bomba contra un centro de refugiados cerca de Wiesbaden y en el 2009 fue detenido por atacar un acto sindical. Según los medios, el nombre de Stephan E. también fue mencionado en el transcurso del juicio al grupo Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU), el grupo terrorista neonazi más sanguinario de la historia reciente de Alemania.