El representante del Papa en Francia, investigado por agresión sexual

Un nuevo escándalo viene a sumarse al listado de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia católica. En vísperas de la reunión convocada por el papa Francisco para abordar este espinoso asunto con los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo, este viernes ha trascendido que la justicia francesa investiga por agresión sexual nada menos que al representante diplomático del Pontífice en Francia.

Según ha revelado el diario ‘Le Monde’, a Monseñor Luigi Ventura, de 74 años, se le fue la mano el pasado 17 de enero durante la tradicional recepción organizada por la alcaldesa Anne Hidalgo en el Salón de los Arcos del consistorio parisino para felicitar el año nuevo a las autoridades civiles, religiosas y diplomáticas.

El Nuncio del papa le tocó el culo de manera insistente a un empleado del Ayuntamiento, un treintañero que trabaja como mando intermedio en la dirección general de Relaciones Exteriores que informó rápidamente de los hechos a sus superiores. 

El propio consistorio comunicó el incidente a la Fiscalía el 23 de enero amparándose en el artículo 40 del código de procedimiento penal que obliga a cualquier autoridad conocedora de un delito a denunciarlo y transmitir la información necesaria al Ministerio Público.

Fuentes municipales han señalado a Afp que el empleado fue víctima de tocamientos sexuales y que el prelado le puso la mano en el culo hasta tres veces, una de ellas delante de un testigo, según el responsable municipal de Relaciones Internacionales, Patrick Klugman.

En Roma, la Santa Sede se ha limitado a señalar que “toma nota” de la apertura de la investigación y que espera las conclusiones de la misma, según ha declarado el portavoz del Vaticano Alessandro Gisotti. Dadas sus funciones, monseñor Ventura podría acogerse a la inmunidad diplomática. Medios como el diario católico ‘La Croix’ o la revista gay ‘Tetû’ citan testimonios de otras supuestas víctimas del prelado.

Nuncio del papa en Francia desde el 2009, Luigi Ventura, doctor en letras modernas y licenciado en derecho canónico, entró en el servicio diplomático de la Santa Sede diez años después de haber sido ordenado sacerdote en 1969. En 1995, el cardenal Angelo Sodano, que entonces ocupaba el cargo de Secretario de Estado de Juan Pablo II y en la actualidad es decano del colegio cardenalicio, lo nombró obispo.

Carrera internacional

Desarrolló una carrera internacional clásica ocupando las ‘embajadas’ de Brasil, Bolivia y Reino Unido. Pasó por la Secretaría de Estado en Roma donde trabajó junto al cardenal Agostino Casaroli, brazo derecho de Juan Pablo II, antes de ejercer en Costa de Marfil, Burkina Faso y Niger.

En 1999 estuvo en Chile, donde el sonado escándalo por el silencio cómplice de la jerarquía eclesiástica ante los casos de pederastia llevó a los obispos chilenos a presentar su dimisión al papa Francisco en la primavera del 2018.

En 2001, Ventura se trasladó a Canadá antes de ser nombrado Nuncio del papa en París bajo el mandato de Benedicto XVI. El puesto, uno de los más prestigiosos de la diplomacia vaticana, se ve como la antesala de un nombramiento como cardenal.

La nunciatura apostólica es la representación más antigua de Francia. Su función es doble. Por un lado, se encarga de la relación entre la Santa Sede y el Estado francés y, por otro, de la relación con los obispos franceses.