TRAGEDIA EN EL SUDESTE ASIÁTICO

Rescatistas en Indonesia buscan con drones y perros rastreadores a más víctimas

Luego de la gran ola que devastó a ciudades enteras, el recuento suma más de 400 muertos pero las autoridades temen encontrar aún más

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Rescatistas indonesios utilizan drones y perros rastreadores para buscar sobrevivientes en la devastada costa oeste de Java, azotada por un tsunami que mató al menos a 429 personas, advirtiendo que se espera se descubran más víctimas a medida que la búsqueda se expande.

Al menos 154 personas siguen desaparecidas, más de 1.400 personas resultaron heridas y miles de residentes tuvieron que mudarse a terrenos más altos, con una advertencia de marea alta que se extendió hasta el miércoles próximo.

Los rescatistas utilizan maquinaria pesada, perros rastreadores y cámaras especiales para detectar y extraer cuerpos del barro y escombros a lo largo de un tramo de 100 kilómetros de la costa oeste de Java. Funcionarios dijeron que el área de búsqueda se ampliaría más al sur.

“Hay varios lugares que antes pensábamos que no estaban afectados”, dijo Yusuf Latif, portavoz de la agencia nacional de búsqueda y rescate. “Pero ahora estamos llegando a áreas más remotas (...) y de hecho hay muchas víctimas allí”.

Las autoridades han advertido de más olas altas y aconsejaron a los residentes que se mantengan alejados de la costa. “Dado que Anak Krakatau ha estado en erupción activa durante los últimos meses, no se pueden descartar otros tsunamis”, dijo Hermann Fritz, profesor del Georgia Institute of Technology.

Miles de refugiados sin hogar

Los esfuerzos de rescate se veían obstaculizados por las fuertes lluvias y la baja visibilidad. Equipos militares y voluntarios utilizaron drones para evaluar el alcance de los daños a lo largo de la costa, mientras que miles de personas se alojan en tiendas de campaña y refugios temporales como mezquitas o escuelas.

 “No podemos dormir por la noche, y si conseguimos dormir, un automóvil pasa junto a las sirenas y nos despertamos de nuevo”, dijo Enah, una mujer de 29 años que logró sobrevivir con su familia. Un funcionario local en la ciudad de Labuan, Atmadja Suhara, dijo que estaba ayudando a cuidar a 4.000 refugiados, muchos de los cuales habían quedado sin hogar. “Todo el mundo está todavía en un estado de pánico”, dijo. “A menudo tenemos desastres, pero no tan mal como esto. Si Dios quiere”, reconstruiremos”.

El peligro sigue latente

Pero el peligro continúa, ya que siguen saliendo gruesas nubes de cenizas desde Anak Krakatau, isla volcánica donde el sábado pasado el colapso de un cráter por la marea alta generó un maremoto que golpeó las áreas costeras a ambos lados del estrecho de Sunda, entre las islas de Sumatra y Java. Apenas transcurrieron 24 minutos desde el desprendimiento de tierra hasta que las olas golpearan la tierra, y no hubo una alerta temprana para aquellos que viven en la costa.

El vasto archipiélago, que se encuentra en el “Anillo de Fuego” del Pacífico, ha sufrido su peor cifra anual de muertos por desastres en más de una década, luego de que fuertes terremotos arrasaron partes de la isla de Lombok en julio y agosto pasado, mientras que en septiembre un doble terremoto y tsunami mató a más de 2.000 personas en una parte remota de la isla de Sulawesi.