TENSIÓN EN ORIENTE PRÓXIMO

Al colegio con escolta militar

Niños palestinos de la aldea de Tuba, al sur de Cisjordania, llevan 14 años desplazándose de casa a la escuela acompañados por el Ejército israelí para evitar que los ataquen colonos

Un niño palestino pasa junto a soldados israelís camino de la escuela, cerca de Hebron.

Un niño palestino pasa junto a soldados israelís camino de la escuela, cerca de Hebron. / periodico

Ana Alba

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Es mediodía y las clases han acabado en la escuela de Tuwani, una pequeña localidad palestina situada en las colinas de Hebrón, al sur de Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel. 

Un grupo de alumnos del colegio -el único para todas las poblaciones palestinas de la zona- se dispone a regresar a su casa, en la aldea de Tuba. Para llegar a sus hogares tienen que recorrer un camino de apenas dos kilómetros. Podría ser un paseo plácido, pero es una pesadilla: el sendero transcurre entre la colonia israelí de Ma'on, establecida en 1981, y el puesto avanzado (asentamiento establecido sin consentimiento oficial previo) de Havat Ma'on, fundado en el 2001. 

Los colonos que residen allí hacen la vida imposible a los escolares, les insultan, les lanzan piedras, a veces les pegan. Los niños no se entretienen, caminan rápido por el sendero polvoriento de tierra y piedras. Son siete: Kifaah, Shirah, Hamzi, Aisha, Sujud, Yaber y Shok. Tienen entre 6 y 17 años.

Voluntarios italianos

La primera parte del recorrido la hacen acompañados por voluntarios italianos de la oenegé cristiana Operazione Colomba, hasta que alcanzan una pequeña zona de bosque. Allí esperan a que llegue una patrulla de soldados israelís para escoltarlos durante los 700 metros más críticos de un camino público por el que tiene derecho a pasar todo el mundo, pero que solo utilizan los niños por voluntad de los colonos.

La patrulla israelí aparece. Hace 14 años que el Ejército israelí escolta a los alumnos de la zona por orden del Comité de los Derechos del Niño del Parlamento israelí, después de que se produjeran ataques constantes de colonos contra niños en esos 700 metros de sendero encajonado entre las dos colonias judías.

Niños traumatizados

"Tengo miedo, en el camino hay colonos que a veces no nos dejan pasar y nos pegan. Tendrías que venir cada día para ver los problemas. La semana pasada vinieron unos colonos e intentaron bloquearnos el paso y nos insultaron", explica Hamzi. 

"Una de las niñas, Sujud, se cayó hace tres años y se hizo bastante daño al correr para huir de los colonos. Otra vez le tiraron una piedra en la cabeza y el mismo día apuñalaron a su padre cerca del pueblo. Cuando los soldados no aparecen no se atreve a ir al colegio", relata una voluntaria de Operazione Colomba que prefiere no dar su nombre por miedo a represalias.

"Los colonos hacen lo que quieren, pero nunca hay arrestos ni cargos contra ninguno", asegura la joven. Los voluntarios, que también han sido blanco de los ataques de los colonos, cuentan que todos los niños están traumatizados. Los padres alertan de que se orinan en la cama y tienen pesadillas.

Colonias que separan poblaciones

Un blindado aparece en el sendero y sigue a los niños. Cuando los soldados ven que en el grupo hay adultos se bajan del vehículo. Tres son periodistas a quienes piden la documentación, fotografían sus pasaportes y acreditaciones de prensa. 

El cuarto es Guy Butavia, activista de la oenegé Ta'ayush, integrada por israelís y palestinos y que denuncia la ocupación israelí de Palestina, el racismo y la segregación.

Los soldados advierten a Butavia de que no puede estar allí, pero él les responde que no es cierto, que el camino es público y de libre circulación. Tras una discusión, los militares ceden y vuelven a su vehículo para seguir escoltando a los niños.

"Desde el principio de año ha habido muchos ataques en la zona, los colonos han cortado olivos. A veces, algunos vienen con energías de otros países, de todo el mundo", señala Butavia.

El activista explica cómo Israel ha ido colocando estratégicamente una serie de colonias que separa a varias aldeas de la población principal de la zona, Yatta.

"Han creado una cadena de asentamientos para dividir este área, de manera que los que viven aquí y quieren ir a la ciudad a vender sus productos o a comprar comida o agua -porque las aldeas no están conectadas a la red de suministro, al contrario que las colonias- tienen que dar una vuelta de una hora. Así es como funciona la ocupación: dividen la tierra, los árboles, todo", indica Butavia.

Zona militar restringida

El territorio donde se encuentran las aldeas palestinas, de unas 3.000 hectáreas, fue declarado zona militar restringida en los años 70. En 1999, el Ejército israelí expulsó en camiones a unos 700 palestinos que vivían allí desde mucho antes que se iniciara la ocupación de Cisjordania en 1967. 

En el año 2000, el Tribunal Supremo de Justicia de Israel permitió a los desplazados forzosos regresar a sus tierras. Pero desde entonces viven con la amenaza constante de demoliciones de sus viviendas por parte de las autoridades israelís, que les han confiscado en varias ocasiones placas solares y otro material necesario para poder llevar una vida digna.

"Los palestinos aún están aquí, y los colonos también, la ocupación les ha dejado expandirse. Por el apoyo de Israel a los asentamientos, la situación es ésta: los palestinos intentan vivir su vida, ir a la escuela y cultivar su tierra, pero los colonos no quieren que estén aquí y siguen acosándolos para que se vayan, aunque los palestinos no tienen otro sitio a donde ir", asevera Butavia.