Un logro involuntario de Trump

China corteja a Japón con la guerra comercial de fondo

Este jueves tiene lugar la primera cumbre bilateral en siete años de los líderes de las dos mayores potencias asiáticas

Encuentyor China-Japón

Encuentyor China-Japón / VIA AP / Roman Pilipey Pool

Adrián Foncillas

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Aquella fotografía del Foro de Cooperación Económica de Asia Pacífico generó comprensibles y numerosos memes cuatro años atrás. Shinzo Abe y Xi Jinping, presidentes de Japón y China, se estrecharon la mano con los rostros pétreos, sin mirarse ni disimular su fastidio. Abe visita hoy Pekín e importarán menos los resultados que la visita. La primera cumbre bilateral en siete años de los líderes de las dos mayores potencias asiáticas es un logro involuntario de Donald Trump: su heterodoxa y hostil política ha acercado a dos países que acumulan pleitos históricos, rivalidades actuales y desconfianza.

Se espera que Abe y Xi escenifiquen la normalización de las relaciones bilaterales en los próximos tres días con más afecto que el de aquel apretón de manos. También se espera que el nuevo clima engrase los intercambios comerciales e inversiones. La relevancia estratégica de Japón se ha disparado desde que Trump desatara una fragorosa guerra comercial que amenaza con desacelerar la economía china. Xi intentará convencer a Abe de que se sume a su elefantiásico proyecto de la Nueva Ruta de la Seda que pretende desparramar infraestructuras en el continente y alisar el camino a sus exportaciones. Tokio se ha negado hasta ahora por los temores a que China acreciente su influencia en la región.

500 empresarios

También Japón necesita a China. Abe llega con 500 empresarios en busca de contratos en un mercado fértil por las sinergias aunque incómodo a menudo por las tensiones políticas. Entre los planes estratégicos de Abe para avivar una economía gripada durante dos décadas figura el aumento de las exportaciones hacia un país  con 1.400 millones de consumidores. También Japón ha sufrido los embates proteccionistas de Trump y sus lamentos por el desequilibrio en la balanza comercial. El millonario neoyorquino ha amenazado con subir los aranceles a la potente industria automovilística japonesa.

Lazos con China

Abe se enfrenta a un delicado ejercicio de equilibrismo. Estados Unidos es su paraguas militar frente a la amenaza norcoreana y el auge chino en la región. Es seguro que no se atreverá a desairar a Trump, el líder con el que habla más frecuentemente. También es seguro que Abe y Xi, instruidos en la diplomacia sólida y formalista, comparten su incomodidad hacia un líder tan levantisco e imprevisible. En Japón no olvidan que Trump aclaró durante las elecciones que Corea del Norte no era un problema estadounidense, sugirió la retirada de tropas del continente y aconsejó a Tokio y Seúl que acumularan bombas nucleares para defenderse. La incertidumbre que rodea a Trump aconseja fortalecer los lazos con China aunque sin aflojar los estadounidenses. Tokio se ha sumado con entusiasmo a una alianza apadrinada por Washington junto a India y Australia. Su indisimulable finalidad es contrarestar el auge chino en la región.

Trump ha engrasado unas relaciones bilaterales habitualmente ásperas. Es un contexto emponzoñado por las heridas históricas sin cicatrizar al que se han sumado reclamaciones territoriales, el hambre por recursos naturales y la actuación irresponsable de ambos gobiernos, preocupados a menudo por satisfacer a sus sectores nacionalistas más recalcitrantes. La crisis en las islas Senkaku/Diaoyu que ambos reclaman compendió la problemática seis años atrás y llevó las relaciones a su punto más bajo.

Innovación tecnológica

La visita culmina el esfuerzo mutuo por superar las diferencias. Abe visitó por sorpresa la embajada china en Tokio en el Día Nacional y ha subrayado con frecuencia la normalización de las relaciones. Pekín habló de una “nueva era” en el Congreso del Partido del pasado año. La calma política también ha limado los recelos en China hacia el país que la devastó con su imperialismo. Una encuesta reciente revelaba que los chinos con una imagen “favorable” de Japón superaba por primera vez el 40%.

“Ambos países necesitan reajustar sus opiniones mutuas y reconducir las relaciones. Deberían salir de las sombras del pasado y ser optimistas sobre el futuro”, recomienda esta mañana el diario oficialista 'Global Times'. “En base al principio general de respeto y coexistencia, China y Japón pueden mantener una armoniosa relación a pesar de sus diferencias. El pueblo chino entenderá que Japón ofrece muchas ventajas, desde la innovación tecnológica a la gestión, de las que puede aprender”, seguía el almibarado editorial del medio ultranacionalista y tradicional azote contra Japón en tiempos más convulsos.