CANADÁ FRANCÓFONO

Los independentistas parten sin opciones en las elecciones de Quebec

El debate soberanista ha estado prácticamente ausente de la campaña por primera vez en casi cinco décadas

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Ricardo Mir de Francia

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No corren los mejores tiempos para el independentismo en Quebec, la provincia francófona canadiense que este lunes acude a las urnas para elegir a su primer ministro y renovar su parlamento unicameral. Por primera vez en casi cinco décadas, el debate sobre la secesión ha dejado de ocupar el centro de la campaña electoral para convertirse en un asunto residual. Los sondeos sitúan a los secesionistas del Parti Québécois (PQ) en una distante tercera plaza, a más de 10 puntos del gobernante Partido Liberal y la coalición de centro-derecha Avenir Québec, que parte como favorita. De cumplirse las previsiones, la formación que encabeza el empresario François Legault romperá con la tradicional alternancia en el poder de liberales e independentistas solo siete años después de su fundación.

Corren tiempos de cambio en la segunda provincia más poblada de Canadá, a pesar de la buena marcha de la economía, con un paro que ronda el 6% y tres años seguidos de superávit en las cuentas públicas. La sanidad, la educación y fundamentalmente la inmigración se han convertido en los grandes temas de la campaña, propulsada por la polémica propuesta de Legault para restringir la llegada de extranjeros y expulsar a aquellos que no superen un examen de francés y valores quebequeses a los tres años de haber recalado en la provincia francófona. “El principal elemento de esta campaña es que los votantes piensan votar en contra de los partidos en lugar de votar por determinados candidatos”, ha dicho el experto demoscópico Jean-Marc Léger.

Desinterés

A todo ello hay que sumar el desinterés por la independencia. La provincia celebró dos referendos pactados en 1980 y 1995. El último perdió por menos de un punto de diferencia, pero esta vez no parecen darse las condiciones para el plebiscito separatista se repita a corto plazo, como reconoció recientemente el líder del PQ, Jean-François Lisée.

“En un gran gesto de claridad, humildad y reconocimiento de la opinión pública el Parti Québécois decidió conjuntamente no celebrar un referéndum durante un primer mandato”. La idea no ha desaparecido de la mesa, pero cómo mínimo no volverá a plantearse hasta el 2022.

Los expertos explican las horas bajas del secesionismo por los cambios demográficos y la dificultad de su líderes para ilusionar a las nuevas generaciones. “Para explicarlo crudamente, los viejos soberanistas se están muriendo y simplemente no hay suficientes jóvenes dispuestos a ocupar su espacio”, ha explicado a 'The Guardian' la profesora de la Universidad de Montreal, Claire Durand. Una encuesta reciente de Ipsos afirma que solo un 19% de los quebequeses entre 18 y 25 años se consideran independentistas.