Crisis política

"Si quieren ayudar no se metan con Nicaragua", le dice Daniel Ortega a los EEUU

El presidente de esa nación centroamericana mandó un mensaje al gobierno de Donald Trump y le advirtió que "respeten" a su país

Nicaraguan President Daniel Ortega sings the national anthem during a march called "We walk for peace and life. Justice" in Managua, Nicaragua

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La crisis política y social por la que atraviesa Nicaragua ha prendido los focos de alerta debido a la violencia que se ha desatado en contra de los opositores al gobierno, por lo que Estados Unidos ha llevado este tema al Consejo de Seguridad de la ONU y analizar junto con los países miembros, posibles salidas a esta situación de emergencia.

Pero el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, pidió a Estados Unidos que no se meta en la crisis social y política que vive su país desde el 18 de abril y que según cifras de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (APNDH), ha ocasionado 481 personas muertas y 3.962 heridos.

Sin embrago, Daniel Ortega ha negado sistemáticamente estas acusaciones e incluso corrió a una misión de observadores de las Naciones Unidas, por lo que ahora le manda un mensaje muy claro a la administración estadounidense.

"¿Qué le decimos a los Estados Unidos? Le decimos que si quieren ayudarle al pueblo nicaragüense, que si quieren contribuir a la paz, lo mejor que pueden hacer es no meterse con Nicaragua, respetar a Nicaragua", dijo Ortega en un discurso durante un acto de partido celebrado en la Avenida de Bolívar a Chávez, en Managua, tras una caminata donde se concentraron miles de sandinistas.

El mandatario advirtió de que las veces que Washington ha intervenido en Nicaragua "desgraciadamente ha provocado más dolor". Por ello, Ortega instó al presidente Donald Trump, así como a senadores y congresistas estadounidenses, a "que si quieren contribuir con la paz de Nicaragua respeten la patria de Nicaragua, como una nación digna que merece respeto".

La crisis de Nicaragua en la ONU

El Consejo de Seguridad de la ONU abordó por primera vez la crisis en Nicaragua, en una reunión en la que EE.UU. y sus aliados denunciaron las acciones del Gobierno de Ortega y países como Rusia acusaron a Washington de injerencias.

Nicaragua denunció que la celebración de esa reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la crisis en su país es una "injerencia" y una "violación" del derecho internacional.

El canciller nicaragüense, Denis Moncada, que intervino en la reunión impulsada por Estados Unidos, defendió que el Consejo de Seguridad "no es competente" para tratar la situación en Nicaragua dado que esta no plantea una amenaza para la paz y la seguridad internacional.

Pero la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) ha responsabilizado al Gobierno de "más de 300 muertos", así como por ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción de la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones de los derechos humanos.

Ortega recuerda a sus héroes nacionales

Pero desde Managua, Ortega también recordó que el 14 de septiembre de 1856 se libró la batalla de San Jacinto en la que fue derrotado el filibustero estadounidense William Walker, que pretendía apoderarse de Nicaragua y luego de Centroamérica.

Según Ortega, esa "gigantesca hazaña" fue "la primera gran victoria contra el expansionismo del imperio del norte, del imperio yanqui".

"No los buscamos nosotros a ellos. No fuimos nosotros los nicaragüenses. No fue Andrés Castro (héroe nacional) el que fue a buscar a los yanquis, fueron los yanquis los que vinieron a tratar de adueñarse de Nicaragua", añadió Ortega.

Asimismo, recriminó que fueron los mismos políticos nicaragüenses por disputa de poder quienes trajeron entonces a los filibusteros estadounidenses, lo que permitió que un ciudadano de ese país -Walker- se convirtiera en presidente de Nicaragua hasta que fue expulsado por los nicaragüenses. "Los vendepatrias de ayer, que son los mismos vendepatrias de hoy, ellos los trajeron", reprochó.

En su discurso, Ortega dijo que "están librando una gran batalla" y explicó que esa es una de las razones por las que han convocado marchas pacíficas en su apoyo de forma más seguida.

Marchas en lugar de balazos

"Es mejor librar las batallas con marchas que librarla a balazos. No queremos muertes, no queremos dolor, queremos alegría", agregó el gobernante, que abogó por "seguir profundizando el diálogo entre la familia" para lograr "consolidar la paz".

En una entrevista con la Agencia Efe en Managua, el presidente Ortega negó que haya sofocado las protestas con represión, dijo no sentirse responsable de las muertes en las calles durante los últimos meses y culpó a EE.UU. y al narcotráfico de financiar, apoyar y armar a grupos violentos.

Las manifestaciones contra Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario, después de once años en el poder, con acusaciones de abuso y corrupción.