VISITA A BRUSELAS

Juncker sale en defensa de la ultraderecha austriaca

El nuevo canciller de Austria, Sebastian Kurz, garantiza un Gobierno proeuropeo a la UE

Jean-Claude Juncker (derecha) y Sebastian Kurz, a la llegada del nuevo canciller austriaco a la Comisión Europea, en Bruselas, el 19 de diciembre.

Jean-Claude Juncker (derecha) y Sebastian Kurz, a la llegada del nuevo canciller austriaco a la Comisión Europea, en Bruselas, el 19 de diciembre. / periodico

Silvia Martinez

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La llegada del ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ) al nuevo Gobierno de Austria Austria no ha provocado ninguna airada reacción en el seno de la Comisión Europea. Es más, su presidente, Jean-Claude Juncker, ha prometido al nuevo canciller austríaco, Sebastian Kurz, trabajar con sus ministros como lo hace con los representantes de otros países europeos y ha valorado el gesto de que su primer viaje oficial haya sido a Bruselas.

“No se trata de sentirse defraudado, contento o triste. Este Gobierno ha tomado posición muy claramente a favor de Europa y es lo que cuenta para mí y por consecuencia vamos a trabajar con todos los ministros austríacos de la mejor forma posible. Como trabajamos con los socios de la extrema derecha de Tsipras, y con la ultraderecha de Eslovenia Bulgaria. No entiendo muy bien qué pasa con Austria. Hay un Gobierno elegido y es todo”, ha zanjado Juncker tras entrevistarse este martes con Kurz.

El nuevo canciller austríaco ha querido estrenar el nuevo cargo en la capital de las instituciones europeas en un gesto inequívoco y “positivo”, según Juncker, que confirma la importancia que dan a Europa. Además Kurz asumirá personalmente la gestión de los asuntos europeos y los preparativos de la presidencia austríaca de la UE, que liderarán durante la segunda mitad del 2018.

Sanciones en el pasado

“Juzgaremos al Gobierno austríaco por sus actos, pero no veo razones para pensar que no cumplirán las promesas”, ha insistido Juncker, recordando que cuando la UE impuso sanciones diplomáticas a Austria en el 2000, tras la llegada de Jörg Haider a la coalición de Gobierno de Wolfgang Schüssel, no fue la Comisión Europea quien tomó la decisión sino los Estados miembros.

Por aquel entonces la UE contaba con 15 estados miembros y los 14 restantes terminaron imponiendo una especie de boicot a Viena y alumbrando el artículo 7 del Tratado para limitar el papel político de los estados miembros que vulnerasen derechos humanos. De eso han transcurrido más de 17 años y aunque la inquietud no ha desaparecido, el presidente de la Comisión Europea y el del Consejo Europeo han optado por dar un voto de confianza al Gobierno austríaco. “Somos un país proeuropeo, un Gobierno proeuropeo”, ha garantizado Kurz.