El Kurdistán iraquí prepara elecciones parlamentarias y presidenciales en tres semanas

La región autónoma del Kurdistán iraquí prepara elecciones presidenciales y parlamentarias para el 1 de noviembre, según ha anunciado este martes el canal de televisión oficial kurdo Rudaw. Estas elecciones, que se han avanzado una semana, tienen que servir para consolidar el camino hacia la independencia de esta región, que por el momento está en el aire.

Todos los países se oponen rotundamente a un Kurdistán independiente; entre ellos Turquía, que día sí día también amenaza al presidente kurdo, Mesud Barzani, con sanciones económicas, militares «o lo que haga falta» para impedirle que siga adelante hacia la independencia. 

El pasado el 25 de septiembre, en esta región de Irak —y en otras zonas controladas por el Ejército kurdo pero que no forman parte de la jurisdicción kurda— se celebró un referéndum de independencia. El triunfo del 'sí' fue abrumador, lo que generó dentro y fuera de Irak temores de tensiones étnicas y de un debilitamiento de la campaña militar respaldada por Estados Unidos contra el Estado Islámico (EI), que, se supone, está casi a punto de culminar.

El tiro por la culata

Ese referéndum no era vinculante, y debía servir, en principio, para reforzar a Barzani en sus negociaciones con Bagdad para conseguir la independencia. Pero le salió el tiro por la culata: antes de la votación, el Gobierno iraquí estaba dispuesto a negociar. Después, ante «una votación ilegal e inconstitucional», que se ha celebrado en zonas en disputa, Bagdad ha cerrado las puertas a Barzani, con el apoyo de todos los países vecinos.

Aunque aún no lo ha confirmado, se espera que Barzani se presente a las elecciones: una cuestión controvertida. Sus críticos —entre los que se encuentra el principal partido de la oposición, el Movimiento Gorran— aseguran que solo intenta perpetuarse él y su familia en el poder (sus hijos ocupan altos cargos gubernamentales y su sobrino es el primer ministro). El mandato de Barzani acababa en el 2015, pero entonces decidió disolver el Parlamento y mantenerse en el poder, con la excusa de la lucha contra el EI.

Represalias

El Gobierno iraquí, mientras, amenaza a los líderes kurdos con continuas sanciones, el aislamiento internacional y una posible intervención militar, sobre todo en la ciudad de Kirkuk, ocupada por el Ejército kurdo pero fuera de la jurisdicción de Erbil.

Tras el referéndum, Bagdad cerró los aeropuertos internacionales kurdos, e Irán y Turquía lanzaron ejercicios militares conjuntos con tropas iraquís en sus fronteras con el Kurdistán iraquí. Estos países temen que un Kurdistán independiente alimente el separatismo kurdo dentro de sus propias fronteras.