YIHAD GLOBAL

Atentados de París: una investigación larga y llena de interrogantes

La policía ha identificado recientemente a Oussama Atar como coordinador de estos ataques y de los de Bruselas

Oussama Atar, identificado como coordinador de los atentados de París y de Bruselas

Oussama Atar, identificado como coordinador de los atentados de París y de Bruselas / periodico

EVA CANTÓN / PARÍS

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Seis jueces de instrucción franceses llevan el peso de la investigación abierta la misma noche de los atentados de París, los peores que ha sufrido Francia desde la segunda guerra mundial. Tres comandos formados por 10 terroristas que salieron de Bélgica dejaron el 13 de noviembre del 2015 un total de 130 muertos y 413 heridos en la sala Bataclan, en las terrazas de seis cafés del este parisino y en las inmediaciones del Estadio de Francia, en Saint Denis.

Un año después, se conocen los detalles de la trayectoria de los yihadistas, pero persisten numerosas incógnitas sobre los instigadores de la matanza, reivindicada por el autodenominado Estado Islámico (EI).

DESDE SIRIA

Centrada en desentrañar las ramificaciones de la célula franco-belga, la investigación dio un giro tras los atentados cometidos el 22 de marzo del 2016 en el aeropuerto y el metro de Bruselas. La policía sabe ahora que Oussama Atar, un yihadista belgo-marroquí de 32 años, coordinó desde Siria los atentados de París y Bruselas, aunque sospechan que el verdadero cerebro puede ser un miembro del EI de mayor rango.

Según el relato de dos yihadistas detenidos en diciembre del 2015 en un campo de refugiados de Austria, Atar se encargó de reclutar y trasladar a Europa desde Raqa a los dos suicidas iraquís del Estadio de Francia.

Su nombre aparece también en la grabación procedente de un ordenador encontrado en una papelera del barrio bruselense de Schaerbeek, en el que se hallaron también listas de potenciales objetivos, como el barrio financiero de La Defensa, en París. Además, dos de sus primos, los hermanos Ibrahim y Jalid Bakraoui, se hicieron estallar en los atentados de la capital belga junto con un tercer kamikaze.

EN LIBERTAD POR RAZONES HUMANITARIAS

El periplo de Atar, alias Abu Ahmad, era bien conocido al haber sido detenido y encarcelado a finales del 2004 en Irak, entonces en plena guerra tras la intervención estadounidense. Pasó por Camp Bucca, una prisión iraquí en la que coincidió con numerosos miembros del Estado Islámico, entre ellos el hombre que más tarde se revelaría como el principal dirigente del llamado Califato: Abu Bakr el Bagdadí.

Paradójicamente, fue también el protagonista de una campaña mediática apoyada por Amnistía Internacional para que se le proporcionara ayuda médica, al padecer un cáncer de riñón, y algunos miembros del Gobierno belga demandaron su puesta en libertad por motivos humanitarios.

En el 2012, las gestiones dieron sus frutos, Atar salió de la cárcel y volvió a Bélgica. Sin embargo, visiblemente recuperado de su cáncer, regresó rápidamente a la zona sirio-iraquí para unirse a las filas del EI. Desde Raqa, presuntamente participó en la organización de la peor oleada de atentados que ha golpeado Europa en décadas.

La investigación sigue ahora su curso sin la colaboración del único superviviente de los ataques de París, Salah Abdeslam, encarcelado en una celda de alta seguridad de la prisión de Fleury Mérogis y que guarda un mutismo absoluto ante los jueces franceses.