Trump promete rebajar impuestos en un intento por recuperar pegada en la campaña electoral

Si la campaña de Donald Trump fuera un ordenador se podría decir que la semana pasada vivió el ataque de un virus. Lo lanzó el propio candidato republicano, que se obcecó en sus insultos a la familia de un soldado caído y se enredó en un duelo con el liderazgo del partido conservador mientras iba descendiendo sonadamente en las encuestas. Siguiendo con la comparación, este lunes podría verse como el momento “apaga y enciende”, ese mantra que es clavo ardiendo para los analfabetos tecnológicos. Trump ha ofrecido un discurso en Detroit centrado en economía, con alguna propuesta nueva pero escaso detalle. Y el objetivo final parece obvio: “resetear” su carrera hacia la Casa Blanca.

Interrumpido constantemente por protestas (a las que ha contestado con más calma que en sus mítines), Trump ha vuelto a demostrar que la heterodoxia está en el ADN de su campaña y de su plan económico, que ya presentó el año pasado y en el que ahora profundiza algo más, aunque no mucho. Ese plan +, por ejemplo, incluye usar el poder ejecutivo para imponer una moratoria en todas las nuevas regulaciones, una idea que hará las delicias de los más conservadores. Sin embargo, se aleja de posiciones republicanas clásicas como el apoyo al libre comercio. Él promete oponerse al TPP alcanzado con 11 naciones de Asia y el Pacífico y renegociar el NAFTA con México y Canadá .

Entre los pocos detalles concretos que ha ofrecido está hacer “totalmente deducible” en los impuestos lo que los padres se gastan en educación prescolar, pero lo que no ha explicado es que ese paso beneficiará sobre todo a padres de clases medias-altas y altas.

UN PLAN BILLONARIO

La reducción de impuestos sigue siendo el eje central de su propuesta, pero también sigue sin explicar como evitará que el déficit se dispare. Algunos expertos, por ejemplo, calculan que su plan costará 10 billones de dólares en una década a EEUU y las dudas sobre su viabilidad crecerán más aún cuando anuncie otra propuesta que también ha avanzado en Detroit: una inversión en infraestructuras de más de medio billón de dólares, mayor aún que la planteada por Hillary Clinton, que el jueves dará la réplica económica también en Detroit.

Trump también ha demostrado que quienes se preocupan por el medioambiente no pueden estar tranquilos con su candidatura. Parte de su apuesta por la recuperación económica está en ampliar permisos de perforaciones tanto terrestres como en alta mar. Y ha anunciado, por ejemplo, que tratará de hacer pedazos el acuerdo del clima alcanzado en París y que dejará de hacer aportaciones a los programas de protección medioambiental de Naciones Unidas.

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