Reacción europea al Brexit

Fráncfort quiere quiere hacer valer su posición como sede del BCE

La capital económica de Alemania quiere ser la nueva City

CARLES PLANAS BOU / BERLÍN

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La victoria del 'brexit' supuso un duro revés para Alemania, motor económico y principal impulsor del proyecto comunitario, pero como dicen los chinos la crisis también abre la puerta a nuevas oportunidades. Fráncfort quiere sacar tajada y aspira a convertrse para convertirse en la nueva City.

Mientras la capital británica se hunde en las dudas Fráncfort trata de posicionarsecomo candidata para absorber esa fuga de capital. La ciudad alemana parte con la ventaja de ser ya el mayor centro financiero continental. Con sus 700.000 habitantes, el corazón económico de Alemania da lugar a más de 75.000 personas que trabajan en el sector financiero y en los próximos cinco años incorporará a 10.000 profesionales más. 

Además de tener el segundo aeropuerto europeo mejor valorado y un moderno sistema de conexión ferroviaria, la ciudad alemana acoge a grandes instituciones como el Banco Central Europeo, el Deutsche Bank o Eurex, una de las principales bolsas del mundo de comercio de derivados. Aunque incentivos también son vistos con recelo por los que piensan que Alemania ya ostenta demasiado poder, para otros analistas es el candidato natural a suceder a Londres.

"Creo que es muy posible que en los próximos cinco años años veamos como se mueven 10.000 puestos de trabajo de Londers a Fráncfort", dijo al 'Financial Times' Hubertus Väth, de Frankfurt Main Finance, un grupo que promueve la ciudad como centro financiero. 

DURA COMPETENCIA

En esta lucha silenciosa para despojar a la City de su potencial económico, Fráncfort deberá enfrentarse a otras capitales con jugosos alicientes que quieren aprovechar la duda sembrada por el Brexit para captar empresas. En la lista de candidatas también participan ciudades como Dublín, donde las laxas obligaciones tributarias han convencido a gigantes como Facebook y Google, y París, que cuenta con un sector financiero el doble de grande y un estilo de vida muy atractivo para la elite empresarial comparado al de la tranquila Fráncfort.

Fráncfort, que ha sido criticada por medios anglosajones por ser “aburrida” y “provinciana”, no puede competir con la ostentosidad y la vida cultural de París. Por eso ha hecho gala del pragmatismo alemán remarcando que el nivel de vida es aqui más bajo que en París y eso se traduce los alquileres de oficinas más baratos y en menores salarios. Juega en su contra la rigidez del mercado laboral, motivo de preocupación para los bancos estadounidenses.

Alemania ya es el motor económico del continente; ahora Fráncfort peleará por ser su centro financiero. El idioma juega en contra y también las resevas de las autoridades alemanas hacia el modelo financiero anglosajón, basado sobre todo en el riesgo.