Tretas y argucias electorales

Los candidatos ha utilizado todo tipo de estratagemas para llamar la atención de los electores, agunos con propuestas poco comunes

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

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En la campaña electoral muchos candidatos han recurrido a un sin fin de tretas, argucias y acrobacias para despertar las simpatías de los electores o evitar sus antipatías.

El progresista alcalde saliente de Turín, Piero Fassino, paseó con su perrita en brazos. En Nápoles un candidato usó pasquines electorales con su foto y en el fondo la de su predecesor, difunto, para plasmar la continuidad.

Un candidato a consejero por Roma prometió importar medio millón de gatos de Asia para acabar con las ratas de Roma (entre cinco y 10 por habitante) y distribuirlos en los lugares estratégicos de la urbe.

En un debate televisado, el comunista Michele Terra propuso trasladar a los niños a Portofino, localidad exclusiva para ricos, y llevar a los magnates a realizar labores sociales a Bolonia, su ciudad.

TIGRE Y LOBO

El cómico Beppe Grillo, fundador de los indignados del M5S, entró en un restaurante disfrazado de tigre y salió con otro disfraz, esta vez de lobo. “¿Habéis entendido la metáfora?”, preguntó a unos pasmados clientes (los lobos están protegidos).

Que Italia sea un país de poetas ha quedado plasmado por los numerosos candidatos que han leído sus poesías en público. El millonario Alfio Marchini, candidato a alcalde de Roma, dejaba su Ferrari fuera de la ciudad para entrar en la capital -consejo del abuelo- a bordo de un modesto vehículo.