Los refugiados sirios acogidos por el Papa emprenden una nueva vida en el Trastevere

Las tres familias que el Pontífice se trajo de Lesbos solo tienen palabras de agradecimiento para Francisco

Hasan Zaheda,de 31 años,  su esposa Nur Essa y su hijo Riad en Roma.

Hasan Zaheda,de 31 años, su esposa Nur Essa y su hijo Riad en Roma. / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los 12 refugiados sirios miembros de tres familias que el papa Francisco se trajo consigo a Roma desde Lesbos están ya adaptándose a una nueva vida en la capital italiana, donde han sido acogidos provisionalmente por la comunidad católica de San Egidio. Cada una de las tres familias musulmanas -que en total suman seis niños- han sido alojadas en perqueños apartamentos del barrio del Trastevere, a la espera de que estén preparadas unas viviendas más espaciosas en el Vaticano. Desde el lunes van a clases de italiano.

Daniela Pompei, responsable de migraciones de la comunidad de San Egidio, cuenta a su llegada los refugiados compararon sus pequeños apartamentos con "un hotel de cinco estrellas". Las familias solo expresan gratitud hacia el Papa, "una persona maravillosa", dicen.

Huida de Damasco

"Italia es como un sueño", afirma Hasan, diseñador de jardines de 30 años, mientras su mujer Nur, microbióloga, juega tranquilamente con el hijo de ambos, Riad. Esta familia abandonó los suburbios de Damasco en diciembre. "Nos fuimos porque mi marido fue llamado a incorporarse al Ejército sirio", recuerda Nur. Su intención era llegar hasta Francia, donde ella hizo parte de sus estudios. Pero tras atravesar su país, llegar a Turquía y cruzar el mar Egeo hasta Lesbos, quedaron allí atrapados.

Hasta que un viernes a las 9 de la noche, una persona -Daniela Pompei- se les acercó y les preguntó: "¿Estáis preparados para volar a Italia mañana? Iréis en el mismo avión que el Papa: Necesito una respuesta ahora". Dieciocho horas después estaban en el avión papal rumbo a Roma. Allí hablaron con Francisco, que acarició la cabeza del pequeño Riad, según recuerda con emoción su madre.

Antes del 20 de marzo

Todo se había negociado muy rápidamente. Pompei había empezado a indagar entre los refugiados sobre las posiblidades del viaje, sin decírselo, dos días antes. La condición era que fuesen familias cuya casa había sido destruida en Siria, que tuviesen documentos de identidad y que hubiesen llegado a Lesbos antes del 20 de marzo, cuando entró en vigor el acuerdo con Turquía para devolver a ese país a los refugiados.

Con ellos, también salió la familia compuesta por el exprofesor de historia Rami Alshakarji, de 51 años, su mujer y sus dos hijos, originarios de la provincia de Deir Ezzor, sitiada por el estado Islámico (EI). "Los chicos son adolescentes. Habrían sido obligados a unirse al Ejército. Tendrían que matar o ser matados y yo no quiero esto para ellos", afirma.

Osama, padre de dos hijos, afirma que el Papa "es un milagro, el ángel salvador". Nur también quiere dirigir unas palabras al Pontífice: "Gracias por brindar a mi hijo un futuro. Es un hombre muy bueno. Es mejor que nuestros líderes árabes o nuestros religiosos. Le amamos". La mujer dice que piensa sobre todo en los países del Golfo. "Tienen los medios de acoger a los refugiados sirios pero ninguno lo ha hecho".