TERREMOTO EN ASIA

Los nepalís se rebelan contra la inoperancia de su Gobierno

Botellas de agua sujetan las piernas de un herido en un hospital de Katmandú, este miércoles.

Botellas de agua sujetan las piernas de un herido en un hospital de Katmandú, este miércoles. / REUTERS / DANISH SIDDIQUI

ADRIÁN FONCILLAS / PEKÍN

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La desesperación y el nerviosismo han desembocado cuatro días después del seísmo en episodios violentos con las fuerzas de seguridad en Katmandú, donde faltan aún alimentos y otros bienes básicos y muchos soportan en la calle el frío y la lluvia. El Gobierno se ha visto desbordado por la magnitud de una tragedia que supera ya los 5.200 muertos y su escaso progreso en mejorar las condiciones de vida de los 2,5 millones de ciudadanos de la capital ha acabado en trifulcas varias.

Miles de locales esperaron este miércoles en la estación de autobuses a que los prometidos 250 vehículos les llevaran a zonas menos afectadas o a las localidades de sus familiares, de quienes no tienen noticias. Pero cuando la espera se reveló inútil, la ira se dirigió hacia las fuerzas de seguridad. Los concentrados también atacaron un camión de suministro de agua, autobuses y otros vehículos. El Gobierno hubo de enviar a los agentes antidisturbios para proteger el Parlamento y controlar el pillaje.

EL PAÍS, SUPERADO

Katmandú reconoció hoy que está superado ante el peor terremoto en más de ocho décadas. «Ha habido varios fallos en la gestión de las tareas de rescate», ha asumido en la televisión pública Minendra Rijal, ministro de Comunicación.

«En condiciones normales un Gobierno sería capaz de atender a 10, 20 o 30.000 necesitados. Pero si hablamos de ocho millones como ahora, necesitas algo de tiempo», ha explicado Geoff Pinnock, del Programa Mundial de Alimentos, a AP.

Los aviones de ayuda internacional siguen llegando al congestionado aeropuerto de la capital pero el Gobierno tiene problemas para canalizarla. En las zonas más remotas han empezado a llegar los helicópteros, aunque el flujo de ayuda es aún insuficiente.

Este miércoles fue rescatado por los equipos franceses un superviviente después de 82 horas atrapado entre las ruinas de un hotel. Rishi Khanal reposa ya en el hospital sin que se tema por su vida. Khanal ha revelado que hubo de beber sus propios orines, que estaba rodeado de cadáveres y que había perdido ya la esperanza de sobrevivir.

Un seísmo de 7,9 grados asoló el sábado Katmandú y otras zonas del paupérrimo país, no recuperado de la guerra civil terminada en el 2006. Algunas estimaciones señalan que la factura de reconstrucción aumentará a 5.000 millones de dólares.