TENSIÓN EN COLOMBIA

Presiones a Santos para que deje el diálogo con las FARC

El Ejército acusa a la guerrilla de planear la 'emboscada' en la que murieron once soldados

Soldados colombianos cargan con el cuerpo de uno de sus compañeros muerto en el choque con las FARC.

Soldados colombianos cargan con el cuerpo de uno de sus compañeros muerto en el choque con las FARC.

ABEL GILBERT / BUENOS AIRES

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«Y ahora, ¿cómo seguimos?». La pregunta tuvo la fuerza de un aguijón en Colombia. Las negociaciones entre el Gobierno y las FARC se encuentran otra vez en un punto crítico después de la muerte de once uniformados en el departamento de Cauca.

El Ejército y el fiscal general, Eduardo Montealegre, aseguran que fue una emboscada «planeada y deliberada» de la guerrilla que, de esta manera, rompió con el alto el fuego de diciembre.

«Golpe violento al proceso de paz», tituló la revista Semana. Los insurgentes, desde La Habana, sede de la mesa de diálogo, dicen lo contrario: fue una estrategia de defensa ante un ataque previo. «Habría que llegar a una verdad medianamente creíble sobre los hechos», sugirió el diario El Espectador en su editorial.

En las redes sociales y en comentarios de los medios de comunicación se ha exigido al presidente Juan Manuel Santos que haga algo más que levantar la suspensión de los bombardeos a los campamentos de las FARC: hay que abandonar la mesa de diálogo. «¿Y al día siguiente qué hacemos?», se interrogó Semana.

Santos parece enfrentar presiones en esa dirección dentro de la misma estructura del Estado. El general Jaime Lasprilla consideró que los episodios del pasado martes «violan» los compromisos, además de la política de «mano tendida del señor presidente y la confianza del pueblo colombiano». Montealegre compartió la indignación de Lasprilla, aunque instó a Santos a «persistir en su intención y esfuerzos por alcanzar la paz".

MEJOR AMBIENTE

Desde La Habana, las FARC «deploraron las consecuencias de la ofensiva permanente» del Ejército e insistieron en la necesidad de «un cese bilateral del fuego, que nos aproxime a un mejor ambiente al acuerdo final». La guerrilla llamó al Gobierno a «mantener la cabeza fría y a no adoptar medidas poco meditadas que puedan poner en peligro» el avance de los últimos dos años.

Por último, la insurgencia pidió a los países garantes del proceso de paz -Noruega, Cuba, Venezuela, Chile, además de la Cruz Roja y la UNASUR- que envíen «cuanto antes» una misión al lugar de los hechos «para verificar lo ocurrido».

Algunos analistas se preguntan si las FARC están controlando todos sus frentes o hay sectores que actúan por su cuenta. «¿Quieren todos entrar en la lógica del proceso de paz?», se preguntó El Espectador.

El fracaso del anterior proceso de paz, en 2002, supuso un giro a la derecha. Fueron ocho años de dura política contrainsurgente del expresidente Alvaro Uribe. Santos, que fue ministro de Defensa de Uribe, decidió cambiar la hoja de ruta. La viabilidad de su giro es puesta a prueba en estas horas.