No al «chantaje»

Un grupo de manifestantes grita en la plaza Syntagma contra las medidas del BCE Las temidas colas ante cajeros no se han visto

Una multitud se concentró anoche ante el Parlamento griego.

Una multitud se concentró anoche ante el Parlamento griego.

CLARA PALMA HERMANN / ATENAS

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«Nuestro objetivo es mostrar a la Unión Europea que el pueblo está con su Gobierno y que queremos una negociación para poner fin a la austeridad», exclamó Petros. Él formó parte del grupo de unos 3.000 manifestantes, convocados a través de las redes sociales por una plataforma ciudadana, que se concentró ayer frente al Parlamento griego en rechazo de la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de dejar de admitir los bonos griegos como garantía de financiación. La plaza Syntagma ofrecía una imagen insólita, sin presencia policial y sin las vallas que desde el 2012 protegían el Parlamento. «Chantaje» era una de las palabras más repetidas entre la multitud.

Ya por la mañana, el Ministerio de Finanzas trataba de quitar hierro al anuncio del BCE, que por su riesgo para la liquidez del sistema bancario causaba gran inquietud entre los inversores. La Bolsa de Atenas abría con importantes pérdidas, sobre todo para los bancos: el Banco Nacional y el Banco del Pireo se dejaban a media mañana más de un 25%, mientras que se disparaban los intereses de los bonos a 3 y a 10 años. El índice general cerró finalmente con una caída del 3,37%.

«La decisión del BCE no refleja en ningún caso un desarrollo negativo en el sector financiero del país», señaló el comunicado del ministerio. Con esta medida, el BCE estaría únicamente «presionando al Eurogrupo para proceder con rapidez y concluir un nuevo acuerdo mutuamente beneficioso entre Grecia y sus socios», decía.

Una idea en la que incidió también el portavoz del Gobierno de SyrizaGavril Sakelaridis, en declaraciones en el canal de televisión Mega. «Grecia no pretende chantajear a nadie, pero no aceptará ser chantajeada», aseguró, explicando que el mensaje del BCE no pretendería tanto presionar a Grecia como al total de países miembros para llegar a un acuerdo.

Fuga de dinero

El Ejecutivo ha repetido hasta la saciedad en los últimos días que la liquidez del sector bancario queda perfectamente salvaguardada a través de la línea de Asistencia de Liquidez de Emergencia (ELA), que el BCE amplió el miércoles hasta los 60.000 millones de euros. Para un cargo del Banco Central Griego, citado por la agencia estatal Amna, quedaba claro que la decisión del BCE  no comprometería ni afectaría la estabilidad del sistema bancario. Sin embargo, se debe tomar en cuenta que los préstamos del ELA cuentan con intereses del 1,55%, frente al 0,5% que suponen los de la financiación que Grecia dejará de recibir a partir del próximo día 11.

El pasado 21 de enero, el BCE aceptó la solicitud del Banco Central Griego para inyectarle fondos a través del ELA. Los bancos sistémicos griegos se veían necesitados de liquidez -entre otros motivos, por la fuga de depósitos ante las inminentes elecciones-. Se estima que más de 10.000 millones de euros abandonaron el país entre diciembre y enero, aunque aún no hay datos posteriores a la constitución del nuevo Gobierno. En cualquier caso, la mayoría de los ciudadanos de a pie no han dado muestras de inquietud por el temor a un corralito y no se ha producido ningún conato de retirada masiva.

Para el próximo 11 de febrero, cuando está prevista una reunión extraordinaria del Eurogrupo sobre Grecia, nuevas convocatorias de manifestaciones antiausteridad prometen volver a llenar las principales plazas del país.