escalada de violencia

Estado Islámico y Al Qaeda compiten en el terror internacional

Nasr bin Ali al Anesi, uno de los líderes de Al Qaeda en Yemen, en su mensaje de vídeo difundido en una web islamista.

Nasr bin Ali al Anesi, uno de los líderes de Al Qaeda en Yemen, en su mensaje de vídeo difundido en una web islamista. / periodico

EDUARDO LÓPEZ ALONSO / BARCELONA

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Estado Islámico está en el punto de mira. De los creyentes en la yihad o guerra santa, y también de la alianza internacional contra el terrorismo. En menos de un año ha cambiado el mapa del terror mundial. Estado Islámico nació el pasado verano. Muerto Bin Laden no acabó la lacra del terrorismo internacional. La aparición de Estado Islámico (EI) vinculado a un califato, la referencia física de un territorio o santuario para los seguidores, ha elevado la tensión con Al Qaeda, disensiones internas bañadas en sangre que han dado un nuevo impulso a la yihadinternacional, dos monstruos dispuestos a competir en la causa del terror. 

La clave de esta capacidad de atracción internacional de Estado Islámico es esa vinculación al territorio, en el que la semilla del islamismo radical tiene la esperanza de crecer. Eso es algo que Al Qaeda nunca llegó a conseguir. La organización que fundó Osama bin Laden mantiene células y seguidores por doquier, pero nunca alcanzó a establecer la base territorial estable ni estructuras de Estado, que Estado Islámico pretende más allá de su nombre.

ATENTADO CONTRA 'CHARLIE HEBDO'

Pese a ello, Al Qaeda no está dispuesta a arrojar la toalla en el protagonismo del terror internacional, por lo que ha reivindicado el atentado contra la revista satírica 'Charlie Hebdo'. "En cuanto a la batalla bendita de París, nosotros, la Organización de Al Qaeda en la Península Arábiga, reivindicamos la responsabilidad por esta operación en venganza por el Mensajero de Dios", ha declarado en el vídeo Nasr bin Ali al Anesi, uno de los líderes militares de la filial de Al Qaeda en Yemen. Pero a diferencia de hace algunos meses, el terrorismo islamista se enfrenta a una alianza, hasta hace poco inimaginable, de más de 50 naciones que incluye a Estados Unidos y varios países europeos y de Oriente Próximo.

Las llamadas a la unidad de Al Qaeda (ver información del especialista de EL PERIÓDICO Antonio Baquero) no han pasado de ser una hégira hacia adelante pero de peso dificilmente evaluable. Los miles de extranjeros que huyen de la crisis occidental para acogerse bajo el manto de Estado Islámico muestran que la influencia de Al Qaeda tiende a disminuir, algo que la organización parece querer contrarrestar con mayor presencia pública, es decir, atentados. Y Estado Islámico quiere lo mismo.

CERCA, EN EL NORTE DE ÁFRICA

Las luchas intestinas en el seno de los protagonistas de la yihad han llevado a la preocupante incorporación de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) a EI. Demasiado cerca de occidente, demasiado influyente en el norte de África como para que los servicios de inteligencia de Europa no estén alerta. Los Soldados del Califato en Argelia a las órdenes del Califato de EI. Encima está el califato de Nigeria, y otros más. Toda una declaración de intenciones de una estructura organizativa basada en califatos, con reminiscencias temiblemente medievales. Muyahidines dispuestos a sacrificar su vida y la de otros por una causa irracional, por reivindicar el protagonismo de una yihad frente a la que la comunidad internacional definirá en los próximos meses los mimbres necesarios para hacer frente al terror.