política exterior de WASHINGTON

Obama trata de contrarrestar la influencia de China en África

El presidente de EEUU, Barack Obama, con el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ayer.

El presidente de EEUU, Barack Obama, con el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ayer.

RICARDO MIR DE FRANCIA
WASHINGTON

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Casi medio centenar de líderes africanos participan desde el lunes en Washington en la primera cumbre África-EEUU, un foro lanzado por la Administración de Barack Obama para reforzar las relaciones con un continente que celebró su elección como presidente  como si uno de los suyos se dispusiera a gobernar el país más poderoso del mundo. Con las relaciones comerciales y la seguridad en el centro de la agenda, la Casa Blanca pretende aprovechar las oportunidades que presenta el rápido crecimiento de varias economías africanas y recortar el espacio perdido frente a China, el principal socio comercial del continente desde el 2009. Como parte de ese esfuerzo, la Administración ha anunciado un compromiso por parte de las empresas de EEUU para invertir allí 14.000 millones de dólares en los próximos años.

Para ser el primer presidente negro de EEUU, hijo de padre keniano, muchos piensan que Obama no ha estado a la altura de lo que se esperaba en la relación con África. Tras una visita relámpago para dirigirse al Parlamento de Ghana pocos meses después de asumir la presidencia en 2009, no volvió a pisar el continente hasta cuatro años después, en su primera y única gira africana de entidad. Ni un solo líder africano ha sido invitado a una cena de gala en la Casa Blanca. Pero al margen de los gestos protocolarios, importantes para una región que reclama un trato de igual a igual en el concierto mundial, el volumen de las relaciones comerciales se ha reducido durante su mandato.

Según datos del Brookings Institute, el año pasado cayeron hasta los 60.000 millones de dólares, frente a los 170.000 millones de China o los 200.000 millones de la Unión Europea. «Somos conscientes de que tenemos que recuperar las distancias», reconocía el lunes el multimillonario Michael Bloomberg, uno de los participantes de la cumbre, a la que asisten también cerca de 200 grandes empresas estadounidenses y africanas. «Estamos dejando que Europa y China se nos adelanten», añadía el exalcalde de Nueva York.

INICIATIVA / A diferencia de lo que sucedió con su predecesor, George Bush, que dedicó más recursos que nadie a combatir el sida en África, la política de Obama se ha alejado progresivamente de la ayuda humanitaria para centrarse en la inversión. El año pasado anunció una iniciativa, pendiente todavía de aprobación por el Congreso, para doblar el acceso a la red eléctrica en seis países africanos y mejorar el comercio y la seguridad alimentaria.

«África crece, tiene mercados florecientes, emprendedores y un extraordinario talento entre su gente», decía Obama el viernes en la antesala de la cumbre. Pero el presidente también ha hecho de África uno de los teatros prioritarios de la guerra contra el extremismo islámico, multiplicando el intervencionismo militar estadounidense en la región y la cooperación con ejércitos amigos.

La irrupción de la epidemia de ébola en el África Occidental ha alterado parcialmente las conversaciones de la cumbre, aunque los asuntos comerciales siguen dominando la agenda. Los países africanos quieren que se renueve cuanto antes y se mejore la ley que exime a muchos de sus productos de los aranceles de entrada a EE UU. De los 49 países africanos, 39 se benefician de esta ley, que expira en el 2015.