entrevista con el Coronel de la revolución de los claveles

Vasco Lourenço: "Corremos el riesgo de perderlo todo"

Entrevista con el coronel de la revolución de los claveles

SUSANA IRLES / Lisboa

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Conspiró contra la dictadura portuguesa (1926-1974) y fue el principal estratega de las operaciones del día de la revolución. Pero, paradójicamente, vivió el 25 de abril en las islas Azores, donde el régimen lo había enviado un mes y medio antes tras descubrir sus planes. A sus 71 años, el coronel Vasco Lourenço asegura que fue una gran frustración no estar en Lisboa el 25 de abril. Cuando llegó el día 29, la revolución estaba en marcha y preguntó cuáles eran sus funciones. La respuesta fue que escogiera lo que quisiera en tanto que artífice del hito histórico. Encadena citas. El 40º aniversario necesita un esfuerzo extra.

-¿Cómo puede explicar que no hubiera violencia en la revolución?

-Primero, la operación se organizó muy bien. Nosotros prácticamente involucramos a todas las unidades del Ejército. No quedaron unidades para reaccionar en contra nuestro. La adhesión de la población ayudó bastante. Quitó el ánimo a quien pudiese ir en nuestra contra.

-¿Le sorprendió el gran apoyo de la población?

-Ya lo esperábamos. Estábamos convencidos de que íbamos a hacer una cosa que las personas querían que se hiciese, pero lo del 25 de abril y (la posterior manifestación) del Primero de Mayo ultrapasó todo lo que nosotros esperábamos.

-¿Cómo recuerda esos días?

- El Primero de Mayo es imposible de describir, solo habiéndolo vivido, es una cosa… Yo suelo llamar a eso una borrachera colectiva.

-¿Cuándo decidió que era necesario impulsar un golpe de Estado contra la dictadura?

-Cuando vine de la guerra, venía dispuesto a involucrarme en cualquier cosa que pudiese acabar con la guerra, resolver el problema colonial y acabar con el régimen de dictadura.

-¿Por qué era tan urgente acabar con la guerra colonial?

-El poder político miraba a la guerra como un fin en sí mismo. (…) Y, por tanto, concluimos que la guerra era injusta, no tenía sentido y tenía que tener una solución política. Nuestra obligación era acabar con la dictadura.

-¿Era la democracia una prioridad de los militares?

-En el inicio el problema no fue planteado pero rápidamente se concluyó que teníamos que resolver el problema del régimen.

-No hubo juicios a la dictadura y los militares incluso ayudaron a exiliarse al dictador y oficiales…

- Hay varias razones. La principal es que no hubo violencia (…) Por otro lado, había el problema de la guerra colonial que implicaba compromisos entre los propios militares. Habían hecho cosas en la guerra colonial condenables. Había complicidades que lo hacían todo difícil.

- Esas son las causas, pero desde su punto de vista, ¿debería haber sido necesario un juicio?

- Yo creo que hubiera sido positivo que se hubiera llevado a cabo. Delimitaba mejor los campos. Pero no se realizó. Bueno, nosotros (los portugueses) tenemos fama de blandas costumbres y por lo tanto….

- ¿Hace 40 años esperaba un Portugal como el que ahora encuentra?

-No lo esperaba y lamento profundamente y me desilusiona que estemos en un proceso de retroceso, de destrucción de todo aquello que tiene que ver con el 25 de abril. El saldo continúa siendo altamente positivo, pero corremos el riesgo de perderlo todo y volver a una nueva situación de dictadura. Ese es mi miedo.

-Ante esta situación de crisis, ¿estaría justificada una nueva revolución como la del 25 de abril?

-Como la del 25 de abril no es posible. El 25 de abril fue único en la historia universal y, por lo tanto, no se puede repetir. Pero sí, va a tener que haber otra revolución, una ruptura con esta situación. Con convulsión social, probablemente.