Polémica en Alemania por dos cruceros eróticos en el lago de Constanza

Las tranquilas aguas del lago Constanza están revueltas. El alcalde de la pequeña localidad alemana, Uli Burchardt, ha pedido que se prohíba un paquete turístico que se ofrece actualemente en el sur de Alemania, en el que dos embarcaciones acogerán fiestas eróticas y sadomasoquistas este verano en el citado lago. Otros políticos de la zona también están escandalizados y han tachado el evento de "obsceno".

El Torture Ship ('Barco de la tortura') zarpará el próximo junio con 600 personas a bordo, según explica en su propia página de Facebook. Los viajeros podrán "atar a una persona a una cruz y pegarle en el trasero", tal como explica Thomas Sigmund, organizador del crucero. "No se puede descartar que luego haya sexo. Pero que alguien me muestre un baile de carnaval donde no lo haya", ha explicado reivindicando el carácter festivo de la convocatoria y subrayando que solo se enfoque al sexo.

En agosto zarpará otro barco (aún sin nombre de guerra), pero que promete "una noche llena de erotismo". Los que quieran apuntarse aquí tendrán que cumplir estrictamente las reglas de vestuario: cuero, lencería y zapatos de tacón alto para ellas, y látex, cadenas y uniformes para ellos. "No todos los participantes irán a buscar sexo", defiende Thomas Weiss, promotor de la cita. "Tenemos tres pistas de baile, cuatro dj, un bar, un restaurante. Quien quiera algo más podrá acudir a las muchas zonas de reposo que, definitivamente, no están pensadas para dormir", explica.

Casi dos décadas de historia

Los organizadores de los cruceros se quejan de que llevan 17 años con este tipo de fiestas, "y ahora todo el mundo hace como si no hubiese escuchado nada de esto hasta ahora". El alcalde de Constanza, por su parte, se defiende y dice que no es cosa de "puritanismo o intolerancia sexual, sino de si los barcos pueden usarse para fiestas eróticas comerciales y de si ese debería ser el modelo de negocio de una las mayores compañías turísticas de la región".