Bachelet aplasta a la derecha en las urnas

No hubo sorpresas: Michelle Bachelet ha ganado este domingo con comodidad la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Bachelet, al frente de la coalición Nueva Mayoría, que integran socialdemócratas, la Democracia Cristiana y el Partido Comunista, ha obtenido, con el 49% del escrutinio efectuado, entre el 62,7% de los votos, contra el 37,28% de su rival de derechas, Evelyn Matthei. En la primera vuelta, el 17 de noviembre, le había sacado una ventaja de 22 puntos imposible de remontar, y que ayer se amplió. Nacida en 1951, y con una experiencia al frente de Chile entre el 2006 y el 2010, Michelle, la candidata «de todos», volverá a instalarse en el palacio de la Moneda el próximo 11 de marzo.

La derecha participó en esta contienda con una cuota de resignación que ni siquiera intentó disimular. Llegó otra vez al Gobierno por medio del voto en el 2010 y de la mano del magnate Sebastián Piñera, convencida de que le esperaba un ciclo en el poder de, al menos, dos décadas.

Pero la distancia entre esos sueños y la realidad se midió en las calles: estallaron los conflictos estudiantiles y se hizo visible un profundo anhelo de cambios sociales y culturales. Después de cuatro años, la mayoría de los chilenos parece darle la espalda a la exaltación del libre mercado. Reclama educación pública y gratuita más equidad, nuevos derechos, y la recuperación de otros que la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) les arrebató: a pesar de las reiteradas condenas de la Organización Internacional del Trabajo, en Chile sigue vigente la atribución de los empresarios a reemplazar a sus trabajadores en caso de huelga.

Desavencias

Matthei siempre supo que le aguardaba la derrota. «Mi hija ha estado enteramente sola», se quejó su padre, el general Fernando Matthei, quien fuera miembro de la Junta Militar pinochetista. Hernán Larraín Matte, que ha asesorado a la candidata durante la campaña, dijo que la derecha no solo perdió por sus desavenencias internas: todavía no entiende que hay un Chile distinto, y que se expresó por anticipado durante la conmemoración de los 40 años del golpe militar. No todos se han arrepentido de haber sido furiosos pinochetistas.