Gran Bretaña deja atrás la crisis pero sigue con recortes

BEGOÑA ARCE / Londres

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La economía del Reino Unido ha mejorado, la recesión ha quedado definitivamente atrás, pero los británicos deberán trabajar más años para cobrar la pensión y seguirán sufriendo recortes y medidas de austeridad. Ese es el panorama que ayer pintó en la Cámara de los Comunes el ministro de Finanzas, Georges Osborne, al presentar el reajuste anual presupuestario de otoño.

"El plan económico de Gran Bretaña está funcionando, pero la tarea no ha concluido. Tenemos que asegurar la economía a largo plazo y el mayor riesgo es hacer caso a los que piden que abandonemos el plan", declaró Osborne, quien, en un tono decididamente optimista, prometió "una recuperación para todos". Pero la recuperación solo se refleja de momento en las grandes cifras y no en el presupuesto de los hogares.

Rápido crecimiento

El ministro recalcó que la economía británica está creciendo más rápido que la de Francia, Alemania e incluso Estados Unidos. La previsión de crecimiento se ha revisado al alza y ha pasado, para este año, del 0,6% al 1,4%; y, para el 2014, del 1,8% al 2,4%. El déficit público caerá este año fiscal al 6,8%, en lugar del 7,5% y, en el 2014, al 5,6% en lugar del 6,5%.

El impulso de la economía británica se debe en gran medida a la actividad del Banco de Inglaterra, que ha inyectado masivas cantidades de liquidez en el sistema financiero, y al despegue del consumo y del mercado inmobiliario desde comienzos del año.

La crisis que comenzó en el 2008 parece haber concluido, pero eso no significa que los británicos puedan respirar aliviados. "Los efectos del crash financiero y el coste de la vida se siguen dejando sentir en los presupuestos familiares", reconoció el ministro.

Recortes de 1.200 millones

Osborne anunció nuevos recortes en los presupuestos ministeriales por valor de 1.000 millones de libras (1.200 millones de euros) suplementarios todos los años, durante los próximos tres años. Los subsidios sociales solo crecerán un 1%, durante ese mismo periodo. Una cifra por debajo de la inflación, que está en el 2,7%.

La nueva reforma de la ley de pensiones obligará a los británicos a trabajar más años para poder cobrar la pensión del Estado. La edad de jubilación es actualmente de 65 años, pero pasará a los 68 en el 2030, en lugar del 2046 como estaba previsto, y a los 69 años hacia el 2040.

"Creemos que es un principio justo, a partir de ahora, el que la gente espere pasar un tercio de su vida adulta jubilada, basado en las últimas cifras sobre la esperanza de vida", explicó el ministro. El calendario exacto está aún por fijar. "Es una de las decisiones difíciles que debe tomar un Gobierno, si quiere controlar seriamente los gastos públicos", explicó.

Acusaciones de la oposición

 El responsable de Finanzas de la oposición laborista, Ed Balls, acusó al Gobierno de coalición de no querer reconocer cómo el coste de la vida está golpeando a los ciudadanos. "Para mucha gente no hay en absoluto recuperación", señaló. "Los trabajadores no están mejor bajo los tories. Están peor", añadió.

 Pero son los laboristas los que pueden estar en apuros a partir de ahora. La economía se recupera y las cifras de crecimiento van al alza por primera vez. Ayer pudo marcar el momento de un cambio en la opinión pública y en el rumbo de los futuros sondeos, que hasta ahora otorgan una constante ventaja a los laboristas sobre los conservadores. Las elecciones del 2015 quedan aún lejos, pero la oposición debe presentar una alternativa económica sustancial y creíble lo antes posible.