PRIMER TROPIEZO EN LA APLICACIÓN DEL ACUERDO SOBRE SIRIA

Albania se niega a destruir en su suelo el arsenal químico sirio

Tirana rechaza la petición de EEUU tras días de protestas en la calle

EL PERIÓDICO
TIRANA

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Tras varios días de protestas en las calles, Albania ha rechazado finalmente la petición de EEUU para que las armas químicas de Siria sean destruidas en su territorio.

El primer ministro albanés, el socialista Edi Rama, anunció  ayer la decisión en una breve declaración que fue retransmitida por televisión y acogida con aplausos por los miles de manifestantes que se habían congregado ante la sede del Gobierno. «Con el máximo respeto a nuestros amigos y socios insustituibles -dijo Rama, en referencia a EEUU- a Albania le resulta imposible participar en esta operación». «No tenemos las capacidades necesarias», añadió.

El anuncio supone un contratiempo en la aplicación del acuerdo alcanzado entre EEUU y Rusia y recogido posteriormente en una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para la destrucción del arsenal químico de Siria. La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) aplazó ayer durante varias horas su reunión en La Haya a la espera de la decisión albanesa. La OPAQ debía aprobar, dentro del plazo que vencía ayer, un plan detallado para la destrucción de 1.300 toneladas de gas sarín, gas mostaza y otros agentes nerviosos considerados demasiado peligrosos para ser eliminados en territorio sirio en medio de la guerra civil.

EEUU llevaba algún tiempo negociando en secreto con Albania, un firme aliado que se siente en deuda con Washington por haber apadrinado su ingreso en la OTAN y la independencia de Kosovo.

EL PUERTO / Pero cuando se conoció la existencia de estas negociaciones, miles de ciudadanos salieron a las calles en distintas ciudades del país para oponerse. No al sarín, sí al oxígeno, dejadnos respirar, rezaban algunas pancartas. Grupos de manifestantes ocuparon también el puerto de Durres, potencial puerta de entrada del material tóxico sirio.

Si Albania hubiera aceptado la destrucción en su territorio del arsenal sirio, hubiera recibido una compensación económica que hubiera aportado fondos a las maltrechas arcas del Estado.