Elecciones municipales y estatales en EEUU

Nueva York varía el rumbo

Dos neoyorquinos, ayer, ejerciendo el voto en Brooklyn.

Dos neoyorquinos, ayer, ejerciendo el voto en Brooklyn.

IDOYA NOAIN
NUEVA YORK

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Nueva York amanece hoy con un nuevo alcalde. Salvo que en las elecciones de ayer se produjera una improbable y monumental sorpresa, la ciudad despierta con la promesa de un nuevo rumbo tras 20 años de mandato conservador que han transformado la urbe. Para lo bueno y para lo malo.

Una abrumadora ventaja de 40 puntos del demócrata Bill de Blasio sobre el republicano Joe Lhota hacía del suyo un triunfo anunciado. Ha surcado la carrera con una propuesta abiertamente progresista de impuestos más altos para los ricos para financiar educación, renovada apuesta por el contrato social... Y el respaldo a ese plan pone a la ciudad de casi 8,2 millones de habitantes frente al espejo y coloca bajo la lupa el legado de Michael Bloomberg, el empresario que durante los últimos 12 años ha regido la ciudad.

LA REALIDAD DE DOS CIUDADES / El eje de la campaña de De Blasio ha sido la denuncia de que Nueva York vive la dura realidad de una «historia de dos ciudades» como la de Charles Dickens. Y los datos le apoyan. Capaz de superar los atentados del 11-S y la crisis del 2008, la urbe es hoy más rica. El sector financiero paga casi el 40% de los salarios en Manhattan y representa casi la mitad del PIB de una localidad con cerca de 400.000 millonarios (con Bloomberg al frente de la lista). Pero Nueva York tiene también 51.000 personas sin hogar, incluyendo más de 21.000 niños. Y el 21,2% de su población, según los últimos datos disponibles, del 2012, vive bajo el índice de la pobreza (30.994 dólares anuales para una familia de cuatro integrantes). Si se incluye a quienes viven en lo que se considera cercano a la pobreza, el porcentaje se dispara hasta el 45,8%.

Con una clase media menguante, según De Blasio a riesgo de desaparecer, en Nueva York se ha disparado además la desigualdad, alcanzando niveles de algunos de los países menos desarrollados del mundo. Y mientras el 20% más pobre gana menos de 9.000 dólares al año, el 20% más rico ingresa casi 223.000. En Manhattan la brecha es aún mayor: el 5% más rico ingresa 81 veces lo que el 20% más pobre. El paro, del 8,4%, es superior a la media nacional y, aunque se ha creado empleo, uno de los sectores que más creció es el de los restaurantes, donde los sueldos son también los más bajos.

'BOOM' DE EDIFICACIÓN / Bloomberg, que ha creado 72 kilómetros de carril bici y zonas peatonales y libró del tabaco a bares, restaurantes y parques, deja también una huella física. En sus mandatos se han alzado 40.000 edificios nuevos que han regenerado muchas zonas. Pero ha alterado las normas de construcción de casi el 40% de la ciudad y ha dado ventajosas condiciones de financiación a constructores.  Y aunque en teoría debía animar la inclusión de unidades de vivienda de precios accesibles, los pobres han sido empujados conforme subían los precios. «No solo ha cambiado la superficie de la ciudad, con rascacielos y torres, sino la habitabilidad y la capacidad de participar en la vida cultural, política y social», denuncia Barbara Adams, profesora de sociología en Parsons.

Siguiendo la mejora de seguridad iniciada con Rudy Giuliani, los índices de crímenes han seguido cayendo con Bloomberg (73% en robos de coches, 35% en asesinatos y 27% en violaciones). Pero deja también una ciudad herida por la sombra del racismo policial, especialmente por un programa de detención y cacheo que ha afectado desproporcionadamente a negros e hispanos.

Bloomberg, además, deja en positivo el presupuesto municipal de 70.000 millones de dólares. Pero durante los últimos años muchos de los 300.000 empleados municipales han funcionado sin convenio. Y le pasa a De Blasio la difícil misión de negociarlo.