Pekín acusa a grupos tibetanos de querer enemistar a China y España

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El Gobierno chino ha lamentado este viernes la decisión de la Audiencia Nacional española de admitir a trámite una querella contra el expresidente Hu Jintao, presentada por organizaciones tibetanas que le acusan de represión en el Tíbet, y ha asegurado que esos grupos "buscan sabotear la amistad entre China y España".

"Esperamos que el Gobierno español vea la verdadera naturaleza de esas organizaciones y no les provea con ninguna plataforma ni les dé oportunidades para desplegar sus actividades antichinas", ha afirmado la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Hua Chunying. "Tíbet es parte inseparable de China y sus asuntos son competencia interna del país, por lo que nos oponemos a cualquier interferencia de otros países o individuos en ellos", ha añadido la portavoz durante una rueda de prensa.

Hua ha expresado la confianza de China en que "España tome medidas para garantizar un crecimiento sólido y estable" de las relaciones bilaterales entre ambos países, que "son de gran importancia" tanto para Pekín como para Madrid.

Querella por violación de derechos humanos

El Comité de Apoyo al Tíbet y la Fundación Casa del Tíbet presentaron una querella contra siete dirigentes chinos, incluido Hu --presidente del China entre el 2003 y hasta el pasado marzo--, por campañas de represión contra la cultura tibetana y violaciones a los derechos humanos desde 1988. Tras denegarla en primera instancia en junio, la Audiencia Nacional la admitió este jueves a trámite por el hecho de que uno de los demandantes, el lama Thubten Wangchen, tiene nacionalidad española.

China asegura que el Tíbet es desde hace siglos parte de su territorio y en 1951 fue "liberado de la teocracia" del Dalai Lama, mientras que los tibetanos argumentan que la región fue virtualmente independiente durante mucho, hasta que fue ocupada por las tropas comunistas en ese año.

Las tensiones en la región han aumentado desde las protestas organizadas en la capital tibetana, Lhasa, en marzo del 2008, en las que murieron una veintena de personas. En los últimos dos años más de un centenar de personas, en su mayoría monjes budistas, se han inmolado en protesta por la colonización china del 'Techo del Mundo'.