El niño chino al que arrancaron los ojos recibe implantes artificiales

El pequeño Bin Bin, un niño chino al que arrancaron los ojos, ha sido operado este martes en Shenzhen, ciudad industrial situada a una hora de Hong Kong,  por Dennis Lam, un médico de esta localidad que, conmovido por el incidente, se ofreció a intervenirle gratuitamente y le ha implantado unos ojos artificiales. 

Con la intervención, el niño, de seis años, conseguirá tener una apariencia normal pero no podrá recuperar la vista. Según ha explicado una portavoz del hospital de Schenzhen, Bin Bin, que ahora tiene un implante ocular, volverá a ser intervenido dentro de un mes para colocarle una prótesis. "Bin Bin no tiene globo ocular, por lo que necesita los implantes. Son como un globo artificial que le da volumen al ojo", ha explicado la portavoz del centro sanitario. Asimismo, el pequeño llevará unos sensores en la frente y en la lengua que le ayudarán a desplazarse.

Ojos biónicos

Dentro de un periodo de entre cinco a 10 años, Bin Bin podrá acceder a ojos biónicos que estarán conectados directamente al cerebro y con ello podría recuperar entre el 20% y el 40% de su capacidad visual, según ha señalado el doctor Lam.

La historia de Bin Bin conmocionó a la sociedad china y dio la vuelta al mundo. Al pequeño lo encontraron sus familiares en plena calle, en la ciudad de Fenxi, cinco horas después de que hubiera salido a jugar en la calle. Bin Bin estaba consciente y con la cabeza totalmente ensangrentada.  La policía sospecha que una tía paterna fue la autora de la barbarie por un contencioso que mantiene con la familia del niño, según ha informado la agencia oficial de noticias chinas. La mujer se suicidó poco después.