SIMBÓLICA DECISIÓN DEL SUPREMO HOLANDÉS

Justicia para Srebrenica

Holanda, responsable de la muerte de tres musulmanes en el enclave bosnio en 1995

Pasivos 8 Soldados holandeses observan a los refugiados en Potocari (Srebrenica), el 13 de julio de 1995.

Pasivos 8 Soldados holandeses observan a los refugiados en Potocari (Srebrenica), el 13 de julio de 1995.

EL PERIÓDICO
LA HAYA

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Casi 20 años después de la masacre de Srebrenica, la más atroz de las matanzas cometidas en la guerra de Bosnia (1992-1995), una sentencia simbólica devolvió ayer algo de justicia a sus miles de víctimas. En una decisión inapelable, el Tribunal Supremo holandés confirmó la responsabilidad de los Países Bajos en la muerte de tres musulmanes en aquel enclave, entonces protegido por cascos azules neerlandeses.

Según la sentencia, el Estado holandés tenía en 1995 el «control efectivo» sobre la actuación de la misión de paz de la ONU en Bosnia, por lo que la responsabilidad en las decisiones allí tomadas no puede atribuirse solo a la ONU, como argumentó siempre el Gobierno.

El fallo, que confirma una sentencia previa del 2011 recurrida por el Estado, pone fin a una larga batalla judicial iniciada hace más de una década por los familiares de tres de las víctimas del genocidio que tuvo lugar en julio de 1995, cuando las fuerzas serbobosnias comandadas por el general Ratko Mladic penetraron en Srebrenica y asesinaron a más de 8.000 hombres y jóvenes tras separarlos de mujeres y niños.

Las víctimas cuyos familiares recurrieron a la justicia holandesa son el electricista Rizo Mustafic e Ibro y Mohamed Nuhanovic, padre y hermano, respectivamente, del traductor Hasan Nuhanovic, que junto a Mustafic trabajaba entonces para la ONU. De nada les sirvió el empleo, puesto que los cascos azules holandeses, abrumados por la superioridad numérica serbobosnia, acabaron por entregarlos a todos a sus enemigos, junto a los miles de musulmanes refugiados en su base.

«La Dutchbat [fuerza holandesa] decidió no evacuarles con su batallón y los expulsó de la base», recordó ayer la sentencia, añadiendo que «fuera del recinto fueron asesinados por el Ejército serbobosnio o grupos paramilitares relacionados con él».

La decisión del Supremo, que consideró «inaceptable» la idea de no poder juzgar al Ejército holandés en misiones internacionales, fue recibida con abrazos y lágrimas en la sala del tribunal, a la que acudieron supervivientes de la masacre para escucharla en directo. Entre los asistentes, Alma y Damir Mustafic, hijos de Rizo, y Hasan Nuhanovic, que se mostró exultante: «En el futuro, quizás los países actuarán de forma diferente en las misiones de paz internacionales, y espero que las vidas de otras personas se salven por haber admitido este error», declaró.

El veredicto abre la puerta a que los familiares de las víctimas puedan ahora reclamar compensaciones económicas al Estado holandés. Y también podría tener consecuencias en futuras misiones de paz. Según algunos analistas, muchos estados podrían ser ahora reacios a participar en operaciones militares en el exterior por miedo a ser declarados responsables en hipotéticas situaciones fuera de control.

Sobre la resolución, Liesbeth Zegveld, abogada de las víctimas, declaró: «La principal conclusión es que una bandera de la ONU no da inmunidad como Estado o como soldado individual».