TENSIÓN EN FRANCIA

Oleada homófoba

Local gay asaltado 8 Imagen del bar de homosexuales de Lille atacado recientemente.

Local gay asaltado 8 Imagen del bar de homosexuales de Lille atacado recientemente.

ELIANNE ROS
PARÍS

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Mientras el Parlamento francés debate a marchas forzadas la ratificación -una vez superado el trámite del Senado- de la llamada ley del matrimonio para todos, en la calle la radicalización del movimiento contra las bodas gay ha desbordado a sus propios promotores. Ante la actitud de algunos grupos extremistas del colectivo, que siembran la violencia en las protestas e incluso han saqueado un bar de Lille, François Hollande lanzó ayer una seria advertencia:«No puedo aceptar, como presidente de la República, los actos homófobos ni la violencia».

En respuesta a las críticas de los opositores de la ley, el jefe del Estado recordó que la legalización del matrimonio y la adopción por parte de parejas del mismo sexo estaba en su programa y que la cuestión ha sido largamente discutida en las dos cámaras.

El tono empleado por algunos diputados de la derecha en estos debates no ha contribuido precisamente a destensar el ambiente.«¡Con esta ley, ustedes están asesinando a niños! ¡Es escandaloso!», vociferó ayer tarde en el hemiciclo Philippe Cochet, de la Unión por un Movimiento Popular (UMP).

Actitudes como esta son consideradas irresponsables por el Gobierno, que acusa a la derecha de atizar el fuego.«Se trata de grupos neofascistas que están intentando estructurar una extrema derecha y la UMP les deja hacer. Está favoreciendo un clima que hace aceptable la agresión», lamentó la ministra de Sanidad, Marisol Touraine.

Los mismos radicales -entre los que hay católicos integristas y grupos de extrema derecha- han empezado también a practicar el escrache, acosando en la esfera privada a miembros del Ejecutivo y conservadores moderados partidarios de las bodas gay.

La situación se le ha escapado totalmente de las manos a Frigide Barjot, personaje de la noche parisina que ha impulsado el movimiento opuesto al matrimonio homosexual, que se ha bautizadomanif pour tous(mani para todos).«Pido al ministro del Interior, Manuel Valls,

que todos los grupúsculos identitarios sean preventivamente incapacitados para perjudicar a nuestro movimiento», declaró aLe Monde.

Rectificación tardía

«Exijo que los skins homófobos sean encarcelados a fin de obtener las condiciones normales de ejercicio de la democracia. El debate en curso es importante»,reiteró Barjot, que tras la acelerada aprobación de la ley en el Senado, la semana pasada, interpeló a Hollande en unos términos muy agresivos.«¿Qué quiere el presidente de la República? ¿Quiere sangre? La tendrá por su culpa», amenazó.

Justamente a Valls no se le puede reprochar falta de contundencia. Cada vez que las protestas degeneran o se producen acosos personales la policía practica detenciones. Inicialmente los dirigentes de la derecha pusieron el grito en el cielo. Pero ayer se mostraron más prudentes.

El episodio de Lille, donde un grupo de jóvenes de estética neonazi destrozó un bar gay e hirió a sus responsables, ha desatado todas las alarmas sobre el riesgo de que el debate alimente comportamientos homófobos.

La semana pasada, una pareja homosexual fue apalizada en París y las asociaciones de gais y lesbianas denunciaron una«ola homófoba»al calor de la controvertida ley, utilizada por la oposición para catalizar el descontento de la población con la política del Gobierno francés y desestabilizar a Hollande.