Obama, al frente de un país cambiante
El candidato demócrata presidirá otros cuatro años una nación fracturada y en mutación demográfica
RICARDO MIR DE FRANCIA / IDOYA NOAIN / Chicago / Boston (enviados especiales)
Muchos estadounidenses deseaban que estas elecciones sirvieran para despejar elatasco que ha dominado la vida política en los dos últimos años, concediendo al ganador un mandato incuestionable e inclinando la balanza respecto a algunos de los dilemas que arrastra el país desde hace décadas. Pero el resultado del martes no ha hecho más que refrendar la fractura deEEUUen líneas ideológicas, demográficas, geográficas y culturales. Superado el examen, el presidenteBarack Obamase enfrenta a un contexto político más complejo que el que heredó. Y aunque su carisma ya no mueve montañas, los palos de estos cuatro años deberían servirle para ser un mejor presidente.
Obama ganó tanto en la suma de los votos electorales de cada estado como en el total de los sufragios, con cerca de 2,6 millones de votos más que el republicanoMitt Romney. Un resultado que, sin embargo, invita a lahumildad. Las encuestas señalan que una ligera mayoría de votantes piensa que el país avanza en ladirección equivocada, aunque también cree que el responsable de la situación económica no es el presidente sinoGeorge Bush, y su herencia, toda una bofetada al discursorepublicano de estos cuatro años. Esos datos son por añadidura una impugnación de laausteridad y ladesregulación abanderada por Romney.
La victoria de Obama, que es prácticamente el único líder occidental que ha sobrevivido a la reelección durante los años brutales de la gran recesión, se explica en gran medida por el respaldo de laAmérica que viene, un país másmestizo,tolerante y diverso culturalmente. El presidente y su partido, ya por sí más tolerante e inclusivo que el republicano, han sabido entender que la demografía está cambiando EEUU de forma vertiginosa, un factor que en estas elecciones ha demostrado ser más importante que la ideología.
Margen más estrecho
Los algo menos de tres millones de votos de diferencia representan un margen más estrecho que el de hace cuatro años, cuando Obama recibió un 7% más del sufragio queJohn McCain. Ha sido, de cualquier forma,suficiente. El triunfo no habría llegado si la campaña de Obama no hubiera repetido la estrategia que le llevó por primera vez a laCasa Blanca: centrar los esfuerzos económicos y organizativos en el trabajo sobre el terreno, que implica movilizar a decenas de miles de empleados y voluntarios trabajando puerta a puerta, teléfono a teléfono. Eso le permitió crear una lanzadera hace cuatro años que, pese a haberse debilitado, ha seguido ahora funcionando como muro de contención.
Esa estructura, reforzada con el apoyo de los sindicatos en lugares clave comoOhio, se ha acabado demostrando como un dique que ha resistido la riada de cientos de millones de dólares que han hecho de esta la campaña más cara de la historia.
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