El fantasma de los nazis

París conmemora los 70 años de la mayor redada de judíos franceses

Ceremonia en Drancy (Francia), ayer, en recuerdo de la deportación de 13.000 judíos en julio de 1942.

Ceremonia en Drancy (Francia), ayer, en recuerdo de la deportación de 13.000 judíos en julio de 1942.

   ELIANNE ROS / París

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Entre el 15 y el 16 de julio de 1942, París conoció la mayor redada de judíos de su historia. Más de 13.000 personas, la mayoría mujeres y niños, fueron detenidos e internados en el Velódromo de Invierno durante cuatro días en condiciones inmundas antes de ser deportados a los campos de extermino de la Alemania nazi. La participación activa de la policía francesa, diligente ejecutora por orden del ocupante, en este sombrío episodio constituye, aún hoy, un tabú. Han tenido que pasar 70 años para que París dedique por primera vez una muestra a la vergonzosa operación conocida como laRafle du Vél'd'Hiv.

La exposición incluye informes policiales inéditos hasta ahora y que certifican la persecución a la que fueron sometidos los judíos, que tenían prohibido incluso escuchar la radio. «Aceptar exponer estos documentos sensibles, raramente en beneficio de la Administración francesa, es en el fondo una prueba de la vitalidad de nuestra democracia», se felicita Charles Tremil, presidente de la asociación Historia y Memoria y uno de los impulsores de la inciativa. «Para evitar las fugas, los policías fueron reclutados la noche antes. Los equipos estaban formados por dos policías que no se conocían acompañados por un soldado alemán», precisa.

El papel de Francia en el dramático destino de los judíos fue tapado durante años y todavía hoy, aunque recientemente algunas películas y documentales lo han sacado a la luz, es poco conocido entre la población. Según una reciente encuesta, el 60% de los jóvenes de entre 18 y 24 años ni siquiera tienen idea de la existencia de la redada. El 42% del conjunto de los franceses jamás han oído hablar de ella.

Ayer, en Drancy, población de la periferia de París desde donde salieron los trenes con los deportados en dirección a los campos de exterminio -principalmente Auschwitz-, una ceremonia rindió homenaje a las víctimas. «Nuestro aliento se apaga, pero sabed que nuestra memoria es vuestra herencia», recordó Yvette Levy, una de las pocas deportadas que sobrevivió al horror. «Drancy era la antecámara de la muerte. Las condiciones eran abyectas y dantescas», recordó.

MENSAJE PRESIDENCIAL / Este acto irá seguido, el domingo, de una conmemoración a cargo de François Hollande. En el mismo lugar donde se encontraba el Velódromo de Invierno, derruido en 1959, el jefe del Estado realizará un discurso para recordar esta página negra de la historia. Se espera un mensaje que siga la estela marcada por Jacques Chirac, el primer presidente que reconoció la responsabilidad Estado francés en la deportación de judíos en 1995.

Una intervención que no es ajena al ambiente enrarecido que se vive en Francia a causa de la multiplicación de ataques a judíos. Tanto el ministro del Interior, Manuel Valls, como el cazador de nazis Serge Klarsfeld se inquietan ante la existencia de un «nuevo antisemitismo» que se desarrolla en los barrios desfavorecidos en nombre de «una identidad que se siente amenazada» entre los jóvenes musulmanes.

«Hoy es importante que no se olvide. Si un día la situación se agrava, los que olvidan serán las primeras víctimas», advierte un deportado.