OPINIÓN
Hollande es el entendido
Los líderes del G-8 siguieron con diferente tensión el desenlace de la Champions
Josep Maria Fonalleras
Escritor
JOSEP MARIA FONALLERAS
Ante la euforia musculosa de Cameron o la quietud prosaica y prusiana de Merkel, parece como si Hollande (incómodo con su americana algo estrecha, confuso aún con el tono de colonias de fin de semana de Camp David) pasara absolutamente del fútbol y de un partido tan trascendente como el de la final de la Champions. Estamos en la tanda de penaltis y tanto puede ser que Cech acabe de detener el de Olic como que haya desviado levemente el de Schweinsteiger. O también se puede dar el caso que Drogba haya marcado el gol definitivo ante Neuer.
El hecho es que Cameron y uno de sus asesores estallan de alegría, mientras los alemanes, desolados, contemplan como el fútbol se parece demasiado a la política. Ellos han tirado del carro y ahora ven como son los ingleses, tacaños, quienes recogen las ganancias. Para acabar de completar la escena, Durao Barroso tiene cara de árbitro, que es lo que trata de hacer en la vida real, en honor del compatriota que ha pitado el encuentro.
Angela Merkel, impávida. Mira con ojos de miope y con una contención absoluta. De hecho, el fútbol no le interesa demasiado -ni siquiera como metáfora de las relaciones internacionales- y, encima, su jugador predilecto (Schweinsteiger, esencia de la robusta patria) yerra en el momento culminante. La suya no es una cara de derrota sino de indiferencia. ¿También Hollande? Con la mano en la barbilla, el recién nacido presidente francés parece que piense más en la proclama a favor de la activación económica que en el estallido de una victoria esquelética.
Y no. Resulta que Hollande nos representa. No solo es la esperanza blanca continental sino que, como nosotros, mira el partido con displicencia porque sabe que, en Múnich,
debía haber jugado el Barça. No me atreveré a afirmar que Hollande es culé, pero sí es cierto que es un amante del fútbol y que, durante la campaña electoral, en una entrevista aFrance Football, dijo:«El Barça nos hace soñar a todos». Gran respeto, pues, para con Hollande:«No hay nada tan magnífico como un partido de fútbol». Es decir, que el socialista no tiene la pose de quien asiste a una conferencia sobre Descartes sino que contempla el desenlace con la distancia de quien, amando el fútbol, no puede amar al Chelsea. Es uno de los nuestros.
En una mesa desértica, sin cerveza ni aceitunas, Obama contempla el espectáculo de la resurrección londinense con la boca abierta de quien está acostumbrado a ver triples en el último segundo. Cuando los Colorado Rapids le regalaron una camiseta del equipo con el número 10, se rió y dijo que así ya era como Messi, el mejor. Lástima que ayer Messi no jugaba.
- La estación de Sants de Barcelona es para sentarse y llorar
- Tres detenidos en Barcelona por intentar comprar 500.000 euros en bitcoins con 1,2 millones en billetes falsos
- Ocupación de 150 migrantes en Badalona: la Justicia avala al Ayuntamiento y da 10 días para el desalojo voluntario
- La 'generación sándwich' se asfixia: 'Cuido de mi hija de 5 años y de mi padre, de 90 y con demencia
- Kensington Palace manda un comunicado de última hora sobre el estado de salud de Kate Middleton
- Jorge Fernández se despide entre lágrimas en 'La ruleta de la suerte': 'La mejor compañera que he podido tener
- ¿Cuándo llegará el próximo tsunami a la costa de España? Esta es la fecha de la que se habla
- Si no te han devuelto ya el dinero de la declaración de la renta, mala señal: podría ser por esto