EMOTIVA CEREMONIA EN ISRAEL

Ana Frank en el corazón

La mejor amiga de la autora planta un castaño en el Museo del Holocausto de Jerusalén, nacido de los esquejes del que aparece en el célebre diario

El castaño 8 Hanna Pick, junto a su nieta y una estudiante, ayer.

El castaño 8 Hanna Pick, junto a su nieta y una estudiante, ayer.

ANA ALBA
JERUSALÉN

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Conocí a Ana(Frank)en 1933, teníamos 4 años y llegamos a Holanda huyendo de Alemania porque gobernaba Adolf Hitler», explica Hanna Pick, de 83 años, superviviente del Holocausto y amiga de la autora deEl diario de Ana Frank, con quien compartió vecindario y aulas en Ámsterdam. La familia de Hanna -entonces apellidada Goslar- procedía de Berlín y la de Ana, de Fráncfort. En Holanda llevaron una vida normal hasta que los nazis la invadieron en mayo de 1940, en plena segunda guerra mundial. En julio de 1942, para evitar ser detenidos por ser judíos, los Frank se escondieron en la parte trasera de las oficinas de su empresa. Con la ayuda de cuatro empleados sobrevivieron dos años encerrados con otra familia y un médico. Pero el verano de 1944, alguien los delató y fueron deportados a campos de concentración.

Hanna era una de las mejores amigas de Ana y aparece -con el nombre de Lies Goosens- en el famoso diario que escribió Ana cuando vivió escondida. Desde el ático donde se cobijó, divisaba un árbol que mencionó tres veces en su diario. La última fue el 13 de mayo de 1944:«Nuestro castaño está en flor, está cubierto de hojas y aún es más bonito que el año pasado».El árbol murió en el 2010, pero dejó descendientes nacidos de sus esquejes que la Casa de Ana Frank ha donado a instituciones. Una de ellas es el Yad Vashem, el Museo del Holocausto de Jerusalén, donde el lunes Hanna plantó, junto a su nieta Tamar, uno de los castaños.«Siempre llevo a Ana en mi corazón, era mi mejor amiga, alegre, hablábamos de chicos, se le daban bien. En clase, a menudo escribía textos»,relata.

Sin comida

«Mi abuela siempre habla de Ana», dice Tamar.«La vi dos veces en el campo de concentración de Bergen-Belsen», recuerda Hanna. «Fue muy duro hablar con ella. Me dijo que sus padres habían muerto y su hermana estaba enferma, que casi no les daban comida. En mi zona había alimentos y conseguí pasarle algo una vez, luego ya no la vi más». Ana murió de tifus el 12 de marzo de 1945 en Bergen-Belsen. Su madre y su hermana ya habían muerto. Nunca supo que su padre, internado en Auschwitz, sobrevivió y recuperó su diario.«El señor Frank me mandó una copia en 1947 y tres fotos en las que estamos Ana y yo», dice Hanna.

Hanna sobrevivió al infierno de Bergen-Belsen, pasó un año en Suiza y en 1947 emigró a«la Palestina bajo mandato británico. Israel aún no existía». Desde entonces, vive en Jerusalén. Aquí se casó, tuvo tres hijos,«un montón de nietos y algún bisnieto», apunta Tamar.«Mi abuela dice: que Hitler se entere, estamos vivos y tenemos una familia enorme».