Análisis

Intervenciones de ida y vuelta sin pisar el terreno

FRANCESC VEIGA

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Un artículo enThe New York Timeslo definió en octubre como la «new approach to war» (nueva aproximación a la guerra), eufemismo que encubre la nueva forma de intervencionismo en la era deObama,consistente en cero tropas sobre el terreno, uso intensivo de la fuerza aérea -incluyendo aviones no tripulados- y recurso aproxieso aliados interpuestos. El objetivo, como dijo un general americano, es intervenir sin pagar por los inevitables estropicios. Para ello no hay que tomar partido por ningún bando en lucha, dado que, en la zona de operaciones no hay guerra civil, sino un tirano que ataca a población desarmada. El modelo es la intervención en Libia, donde los portavoces de la OTAN mantuvieron hasta el final el mantra de que estaban allí para proteger a la población civil, omitiendo que sus fuerzas aéreas machacaban a la del bando contrario. La forma de colar esa trola no es mediante enrevesados complots, sino a través de los medios de comunicación y la propaganda de guerra de toda la vida, respaldada por importantes agencias de publicidad y relaciones públicas. El resultado, a la vista está: los occidentales han evitado quedarse enganchados en nuevos Irak o Afganistán. Libia está manga por hombro, pero la OTAN ya anunció que no intervendrá de nuevo allí. Que se arreglen los libios solos.

En Siria la situación va por el mismo camino, incluyendo la paradoja de que desde Libia han llegado medios y hasta voluntarios para combatir en el bando insurgente. Este también cuentan con ayuda de fuerzas especiales de Catar y de otros países árabes. Por lo demás, ya esvox populique el Ejército de Siria Libre ha recibido armas y entrenamiento desde el exterior y, lo que es más valioso, información de espionaje. Todo ello, canalizado desde la cercana base estadounidense de Incirlik, a muy pocos kilómetros de la frontera siria, en Turquía. Sin embargo, el guion de la «new approach to war» parece haber sido cortocircuitado por Moscú, que se muestra belicoso en defensa del régimen deBashar el Asad-y de su base naval en Tartus-, y por los israelís, a quienes no gustan los manejos internacionales en un país enemigo de toda la vida, pero que forma parte de su patio trasero. Donde, además, están metiendo cuchara los turcos, diversos países árabes, voluntarios islamistas y potencias europeas. Como remate, la guerra fría está enterrada y ahora Rusia mantiene negocios con varios países implicados en Siria, empezando por Turquía y terminando por Israel.

Así que tanto rusos como occidentales alimentan una guerra civil, y con tanto bombero pirómano, no hay planes de paz que valgan. Homs es la Bengasi siria. Dado que los rebeldes están bien atrincherados y han puesto fuera de combate a los tanques del Ejército sirio, este recurre al bombardeo para doblegarlos; lo cual está generando un pequeño Sarajevo. Pero a diferencia de lo sucedido en Yugoslavia, los medios occidentales disimulan la dimensión etnorreligiosa y política del conflicto, dado que en Siria, según el guión, «no hay guerra civil».