CRÓNICA DESDE MOSCÚ

Víctimas de Stalin, con nombre y apellido

Flores en el monumento a las víctimas en la plaza Lubianskaia.

Flores en el monumento a las víctimas en la plaza Lubianskaia.

DMITRI Polikárpov

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Se desconoce aún el número exacto de las víctimas de las represalias políticas de la época soviética. «Quisiera llamarlas a todas por sus nombres, pero han robado la lista y no hay dónde buscar», escribió en su famosoRéquiemla poetisa Ana Ajmátova a mediados del siglo pasado.

Las cifras que se barajan actualmente oscilan entre unos 4,5 y 30 millones de personas. Se trata de puras estimaciones, puesto que la mayor parte de esos represaliados son anónimos. La lista de víctimas con nombres y apellidos más completa, que ha sido recopilada por la oenegé rusa Memorial a lo largo de los últimos 20 años, de momento solo contiene unos 3 millones de personas identificadas. Todavía queda un largo camino por recorrer en la búsqueda de las víctimas del terror de Estado soviético, sobre todo entre 1924 y 1953.

En su recuerdo, en la céntrica plaza Lubianskaia de Moscú hay una piedra procedente del campo de concentración de Solovki. La piedra, colocada por Memorial, incluso coexistió durante algún tiempo con la estatua de Félix Dzerzhinski, el fundador de los órganos de seguridad soviéticos. En la víspera del día de la conmemoración de las víctimas de represalias políticas, que se celebra en Rusia el 30 de octubre, Memorial organizó una ceremonia denominadaEl regreso de los nombres para publicar los datos de unas 30.000 personas que fueron fusiladas en Moscú en los años 30.

Cientos de voluntarios acudieron ayer a la plaza Lubianskaia para pronunciar desde una pequeña tribuna los nombres y apellidos de los represaliados reunidos en la lista de Memorial. Desde lejos la ceremonia parecía una misa conmemorativa. Los moscovitas esperaban con velas en las manos a que llegase su turno para leer los nombres de las víctimas de la lista facilitada por los activistas de Memorial, que además del nombre y el apellido incluía otros datos personales de los fallecidos. Tras leer los nombres de la lista, muchos añadían al final los nombres de sus familiares y amigos represaliados bajo el dictador soviético Iosif Stalin. Cada uno terminaba con las palabras «que en paz descansen» antes de dar la palabra al siguiente. Los peatones y motoristas atascados en las proximidades de la plaza Lubianskaia observaban con asombro esa incesante lectura.

La afluencia de los que quisieron participar en la conmemoración fue escasa. No es de extrañar, dado que la popularidad de Stalin ha crecido significativamente. A principios de los 90, tan solo el 7% de los rusos tenían una opinión positiva de él. Hoy son el 50%.