Los dos frentes de la protesta

Sin carburante, la parálisis

Gendarmes y manifestantes, cara a cara en el depósito petrolero de Total cerca de Toulouse, ayer.

Gendarmes y manifestantes, cara a cara en el depósito petrolero de Total cerca de Toulouse, ayer.

JOSEP SAURÍ
MARSELLA ENVIADO ESPECIAL

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La psicosis de la penuria energética se apoderó ayer decididamente del Gobierno y la patronal franceses a la vista de que las protestas no solo no decaen, sino que se endurecen. La cosa parece que va para largo y ya son 4.500 -de un total de 13.000- las gasolineras secas en todo el país como consecuencia del paro total de las 12 refinerías francesas. Una veintena de los 219 depósitos petroleros también están bloqueados. Y mientras el Gobierno anunciaba medidas y el primer ministro, François Fillon, decía esperar que la normalización se produzca «en cuatro o cinco días», un alarmado Michel-Édouard Leclerc, patrón de un gran grupo distribuidor, aseguraba que a este ritmo «antes de que acabe la semana ya no habrá más carburante».

Aunque no dio cifras concretas, la patronal advirtió ayer repetidamente del «coste económico» que ya supone para el país el bloqueo energético. No solo el transporte languidece; otros sectores, como la hostelería, el ocio, la construcción, el comercio y la industria química empiezan a notar sus efectos, según los empresarios.

Su presidenta, Laurence Parisot, se declaraba ayer «muy inquieta por lo que les pueda ocurrir a las pequeñas empresas frágiles ante cualquier imponderable». «Afrontamos desafíos de competitividad dentro de Europa y frente al resto del mundo, de modo que no podemos permitirnos estas perturbaciones durante mucho tiempo. Y con la crisis que hemos vivido, hoy por hoy no tenemos medios para soportar esta situación indefinidamente», añadió.

ODISEA PARA LLEGAR AL TRABAJO Su homólogo de la confederación de pequeñas y medianas empresas, Jean-Eudes du Mesnil du Buisson, alertó de que las empresas empiezan a funcionar a medio gas porque «los empleados tienen dificultades para llegar a sus puestos de trabajo». «El fin de semana va a ser muy difícil», dijo asimismo el delegado general de la Federación Nacional de Transportes por Carretera, Jean-Paul Deneuville. Algunas empresas que no cuentan con cuba propia ya no pueden transportar mercancías, según la patronal. «Y sin camiones, hay peligro de parálisis de la economía», añadió Deneuville.

En cuanto a la escasez de gasolina, se reparte de forma desigual. Mientras en Marsella ayer por la tarde se veía menos tráfico del habitual pero todavía cierta calma en las gasolineras, la situación era mucho peor en otras zonas del país, y en especial en el noroeste.

En la capital, los parisinos hacían colas kilométricas en las estaciones de servicio que permanecían abiertas, mientras se iba produciendo un goteo de cierres a lo largo del día, informaElianne Ros.