El último de los 33

El topógrafo chileno Luis Urzúa Iribarren, de 54 años y capataz en el yacimiento San José, ha sido hoy el último minero en abandonar el refugio donde él y sus 32 compañeros han pasado 70 días esperando un rescate que en principio parecía imposible. En esa tensa espera Urzúa ejerció como líder natural del grupo e impuso un orden y una disciplina que las autoridades y los equipos de rescate, incluidos los expertos de la NASA, han reconocido que han sido vitales para la supervivencia de los 33 mineros, sobretodo en los primeros días, cuando la incertidumbre era el sentimiento predominantes entre los trabajadores atrapados.

Llegado hacía pocos meses a la mina San José, Urzúa ya tenía experiencia en el sector y había vivido otros accidentes. Eso le permitió desde un primer momento dar esperanza a sus compañeros. No solo eso, este jefe de turno nacido en la desértica ciudad de Vallenar supo desde bien pequeño lo que era asumir responsabilidades. Huérfano de padre, tuvo que convertirse a una edad temprana en cabeza de familia y hacerse cargo de sus seis hermanos menores. Ese bagage personal y profesional le forjó su condición de líder.

Durante el encierro, el último de los 33 impuso disciplina al grupo, racionó la comida, distribuyó tareas y organizó turnos. Encabezó los intentos de los propios mineros para encontrar una salida en los primeros días tras el accidente. Cuando estos intentos fracasaron, Urzúa no dejó de animar a sus compañeros.

Récord Guiness

Su condición de líder le valió ser escogido como el último de los 33 que abandonara la mina, con lo que pasa a ser en la historia el ser humano que más tiempo ha permanecido en esas condiciones. Un récord para el libro de Guiness en el que seguramente nunca pensó, sino sólo en el bienestar de sus compañeros.

El 23 de agosto, un día después de que se supiera que los 33 estaban vivos, Urzúa fue quien respondió la primera llamada telefónica del ministro de Minería, Laurence Golborne: "Estamos bien, esperando que usted nos rescate", le dijo. Al día siguiente respondió una llamada del presidente, Sebastián Piñera: "Bajo un mar de rocas, estamos esperando que todo Chile haga fuerza para que nos puedan sacar de este infierno", le comentó al mandatario.

Salir el último de la mina también le ha valido un récord para el Libro Guiness al convertirse en el ser humano que más tiempo ha permanecido en una mina. Su madre, Nelly Iribarren, ha vivido el rescate como un nuevo nacimiento de su hijo. "Claro que ahora no seré yo, sino la Madre Tierra", ha dicho.