las reacciones políticas

CiU exige que se aclare «de una vez por todas» la misión

EL PERIÓDICO
MADRID

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El jefe de filas de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Duran Lleida, apenas dio tregua ayer a la ministra de Defensa, Carme Chacón, tras el atentado talibán de Afganistán y exigió que, con carácter de urgencia, el Gobierno abra «de una vez por todas» un debate sobre la presencia de tropas españolas en el inestable país de Asia occidental. Duran, en esencia, recogió el testigo de una tesis en la que los populares insisten desde que José Luis Rodríguez Zapatero decidió retirar las tropas de Irak: en Afganistán, España no está en misión de paz. Es una guerra.

«Cuanto antes –repitió Duran– Zapatero debería comparecer en el Congreso para acabar con la manera de abordar esta cuestión a la que nos tiene acostumbrada la ministra de Defensa». Según el número dos de CiU, Chacón actúa «como si el Ejército fuera una oenegé en Afganistán, ignorando la existencia de una guerra que muy posiblemente la comunidad internacional tenga perdida». Primero, claridad en los términos, reclamó Duran, es decir, no llamar misión de paz a lo que es una guerra. Segundo, claridad en los objetivos a corto, medio y largo plazo, para que todos los países que han desplegado tropas en el conflictivo país tomen decisiones sobre su futuro allí de forma coordinada y «no uno a uno».

Curiosamente, CiU puso tan delicada cuestión sobre la mesa pocas horas después del atentado y, por el contrario, el PP se mostró extrañamente comedido. El líder de los conservadores, Mariano Rajoy, se limitó a destacar la «encomiable labor» de los tres fallecidos ayer en Afganistán y, por extensión, felicitó a la Guardia Civil y al resto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado porque con sus «enormes sacrificios y con graves riesgos personales defienden la libertad y los valores democráticos en el exterior».

Rajoy, pues, no hizo leña del árbol caído, pero su número dos, María Dolores de Cospedal, sí. También ella felicitó la labor de los agentes y militares destinados fuera de España, «incluso a guerras, como en este caso».

DE IRAK A AFGANISTÁN / El PP, en cualquier caso, no se ha pronunciado jamás con rotundidad en contra de la presencia de tropas españolas en Afganistán. Su empeño radica más en subrayar que, igual que José María Aznar con Irak, Zapatero también tiene una guerra entre manos.

En realidad, el partido que con más firmeza ha reclamado el regreso de los militares españoles es Izquierda Unida (IU). Ayer insistió en ello. La presencia de tropas extranjeras en el conflictivo país –dijo un portavoz– «no tiene sentido, máxime cuando no se ha conseguido mejorar la calidad de vida de los afganos, más bien todo lo contrario, ya que ha empeorado de forma considerable, con el añadido de la corrupción».

SUBORDINACIÓN A EEUU / «España no cumple una misión de paz, sino que está en una guerra subordinada a los intereses de Estados Unidos», añadió el representante de Izquierda Unida.

La reacción del PSOE no se hizo esperar. «No caben debates precipitados», sostuvo la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín. «Hoy es un día para el dolor y sobre todo para el apoyo unánime y sin fisuras a las Fuerzas de Seguridad del Estado, al Ejército y a nuestros guardias civiles», añadió la dirigente socialista.

Pajín recordó que los envíos de tropas al extranjero han sido siempre consensuados en el Congreso de los Diputados por la mayoría de las fuerzas políticas, de modo que invitó a CiU y al PP, vistas sus declaraciones y críticas de ayer, a apostar por «el sosiego y la calma», porque ya habrá tiempo para analizar con más paciencia la situación.