Análisis

La noria de los gobernantes

Jordi Juste / Excorresponsal en Japón

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Naoto Kanes el sexto primer ministro que tiene Japón en los últimos cuatro años. Le han precedido en el cargo su correligionarioYukio Hatoyama,del Partido Demócrata y los liberalesTaro Aso, Yasuo Fukuda, Shinzo Abe y Junichiro Koizumi.En la historia política contemporánea de JapónHatoyamayKoizumise sitúan en dos extremos por su duración en el cargo. Si es raro queHatoyamahaya abandonado tras solo ocho meses, también sorprendióKoizumipor gobernar cinco años y dejar el mando por propia voluntad con la popularidad prácticamente intacta.

Koizumies una de las pocas excepciones a la norma de los jefes de Gobierno efímeros. Japón ha tenido ya 32 primeros ministros desde 1945. Esto, que en otro país sería síntoma de zozobra política, se vive allí como algo casi natural. La lógica es que los votantes no eligen al primer ministro sino a senadores y diputados que son los encargados de escoger al líder del Ejecutivo y de sustituirlo si renuncia al cargo o lo consideran incapaz de ejercerlo.

En los dos grandes partidos, el primer ministro es elegido después de ser nombrado presidente de su formación, a la que se supone que controla. Pero en la práctica no hay que olvidar que en Japón es más importante el grupo que el individuo y, por lo tanto, el líder ejerce una función más representativa que de mando. Si el grupo –el partido, en este caso– se da cuenta que el que da la cara por él es más un lastre que un activo para su popularidad, lo aparta y pone a otro en su lugar.