Fenómeno pospandémico

De la ciudad a lo rural: 70.000 personas saldrán del área de Barcelona en los próximos cinco años

Un estudio del Institut Metròpoli dimensiona las migraciones rurales desde los urbes de la región metropolitana

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El 'skyline' del distrito económico de L'Hospitalet de Llobregat.

El 'skyline' del distrito económico de L'Hospitalet de Llobregat. / Ferran Nadeu

Manuel Arenas

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La población que abandona las ciudades de la región metropolitana de Barcelona para migrar hacia áreas rurales es cada vez mayor en Catalunya. Los datos del 2021, los últimos que tiene hasta la fecha estudiados el Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat), muestran que el 40,1% de las altas en el padrón que se realizaron en áreas rurales de Catalunya provenían de grandes ciudades, 5 puntos más que en el prepandémico 2019. Aunque el fenómeno es minoritario, la pandemia estabilizó su crecimiento.

La tendencia, sumada al saldo migratorio negativo en las grandes ciudades catalanas con respecto a otras zonas de Catalunya, ha llevado al Institut Metròpoli a concluir que, durante los próximos cinco años, unas 70.000 personas migrarán desde áreas urbanas hacia otras semidensas o rurales: unas 51.000 dentro de la misma región metropolitana de Barcelona y otras 18.000 a algún otro municipio del resto de Catalunya.

La predicción del centro investigador, adscrito al Área Metropolitana de Barcelona (AMB), se desprende del estudio 'Rural i Urbà: migracions, entorn residencial i estructures d’oportunitat', presentado este miércoles 21 de febrero y desarrollado por el propio instituto a encargo del Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona (PEMB), la Associació d’Iniciatives Rurals de Catalunya (ARCA) y la Associació Catalana de Municipis (ACM).

Uno de los fundamentos del informe, tal y como ha expuesto Sergio Porcel, jefe de Cohesión Urbana del instituto, es la Enquesta de Cohesió Urbana (ECURB) del propio instituto, la cual corrobora que casi la mitad de la población (especialmente familias jóvenes) que abandona la ciudad para ir a vivir a áreas semidensas y rurales lo hace principalmente para mejorar la vivienda y/o del entorno residencial (47,3%), mientras que un 35,4% lo hace por formar un hogar u otros motivos familiares, un 8,1 % por motivos laborales y un 7,5% por motivos económicos o forzados relacionados con la vivienda.

La ECURB es precisamente la fuente del citado dato de previsión de 70.000 personas que migrarán hacia lo rural los próximos años, que además queda contextualizado en que, en 2022, unos 250.000 residentes en ciudades de la región metropolitana de Barcelona afirmaron que, si pudieran elegir, vivirían en municipios más pequeños, semidensos o rurales. Pese a ello, ha apuntado Porcel, el fenómeno no es "ni mucho menos una reversión de la despoblación de las áreas rurales", aunque sí supone "una oportunidad".

Por ciudades y en términos absolutos, el Idescat destaca por encima del resto a tres ciudades de la región metropolitana por su saldo migratorio negativo el año 2021: Barcelona (-15.121), L'Hospitalet de Llobregat (-2.056); y Santa Coloma de Gramenet (-1.276). "El análisis de la migración dentro de Catalunya según el tamaño del municipio constata un proceso de deconcentración urbana", subrayan desde el Idescat.

Datos comparables a los del 2007

Según las estadísticas padronales analizadas por el Institut Metròpoli, en 2021 se registraron 16.300 migraciones de este tipo, casi 4.000 más que en 2019 y 6.000 más que en 2015. El pico de este fenómeno llegó con la pandemia en 2020, con 17.105 migraciones, aunque en un contexto anómalo marcado por los confinamiento "en el que se produjeron numerosos empadronamientos temporales en segundas residencias".

Sin embargo, apunta el estudio metropolitano, pese a que se trata de un flujo residencial "muy minoritario" –aproximadamente, el 10% del conjunto de migraciones que se producen en las ciudades grandes–, los registros en el primer año pospandémico se han mantenido elevados.

Tanto que los comparan con los del 2007 (18.025 migraciones urbano rural), el último año del último 'boom' inmobiliario, que "se caracterizó por un intenso proceso de suburbanización, particularmente en la región metropolitana de Barcelona, que estuvo acompañada de una gran producción de vivienda en áreas periféricas de baja densidad", concluye el informe. Ahora, en cambio, "no existe esa pulsión de producción inmobiliaria", agregan.

En la presentación del estudio metropolitano han participado también Jaume Oliveras, vicepresidente primero de la ACM y alcalde de El Masnou; Sebastià Mata, vicepresidente de la ARCA; y Janet Sanz como presidenta de la Comisión Ejecutiva del PEMB, quien ha puesto en valor la "soberanía compartida" entre las áreas urbanas y rurales para "rehacer el proceso de metropolinización y abrir las costuras del ámbito del área metropolitana de Barcelona". A juicio de Sanz, es "necesaria" la reflexión de "cómo construir la gran metrópolis sin necesidad de que todo pase por Barcelona", ha concluido la también portavoz de los Comuns en el Ayuntamiento de Barcelona.