EMPRESAS

Internacionalización y exportación: El gran salto para una pyme

Al tratarse de un proceso de gran complejidad, la internacionalización deuna pyme debe responder a una decisión meditada y no a un impulso pasajero

Empresario en una sala de reuniones

Empresario en una sala de reuniones / Bethany Legg

ALBERTO GONZÁLEZ / Barcelona

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Dicen que el espíritu emprendedor se lleva de serie. La decisión, el entusiasmo, la creatividad, la independencia, la perseverancia, el positivismo o el inconformismo son algunos de los valores que dibujan el perfil de los que, un día determinado, inician la aventura de emprender una nueva empresa. Y no es algo exclusivo para las grandes fortunas. Todo lo contrario. Son muchas (quizás la mayoría) las grandes empresas internacionales que comenzaron siendo tan solo un pequeño negocio familiar hasta que, el día menos pensado, tomaron la decisión de ampliar fronteras.

Internacionalizar es uno de los procesos que quizás más incertidumbre provoca al empresario (y es lógico, porque a los conocimientos de gestión comercial, se unen otros muchos requerimientos). Quizás esto explique que, a día de hoy, solo el 3% de las pymes españolas se hayan subido a este barco, según datos de la CEOE.

Encontrar el momento adecuado

Una de las primeras preguntas que debe plantearse quien quiera internacionalizar su empresa es si está preparada realmente para iniciar esta fase, es decir, si va a ser capaz de adecuar los procesos internos, la producción, la gestión o los costes de la nueva estructura. Por supuesto, también tendrá que analizar el equipo actual y ver en qué medida hay que aumentar su tamaño, completándolo según las nuevas necesidades. Deberán ser personas que conozcan el mercado donde la empresa va a implementarse, además de dominar el idioma y comprender las peculiaridades

del país.

Seleccionar el destino apropiado

Al escoger el mercado al que vamos a exportar, debemos estar seguros de que nuestro producto encontrará su encaje. Para ello, será necesario hacer un estudio de mercado, que estime el grado de aceptación (participar en congresos, ferias u otros encuentros internacionales puede ser de utilidad), los hábitos de consumo, la competencia o el nivel de precios.

Asimismo, se debe analizar bien la legislación del país de destino, los controles aduaneros a los que estaremos sujetos, las ayudas administrativas que tendremos (tanto de nuestro gobierno autonómico o estatal, como del país en cuestión) e identificar claramente los puntos fuertes y débiles del mercado al que nos dirigimos.

La exportación como alternativa

Una vez analizados correctamente todos los aspectos anteriores, cabe la posibilidad de que nos asalte la duda. Es entonces cuando deberíamos plantearnos, en lugar de la internacionalización, la exportación, como un paso previo (y, a veces, muy sabio). Contar con un socio local que nos sirva como distribuidor no suele representar grandes inversiones y puede hacernos ganar tiempo hasta estar preparados para la internacionalización. Pero ojo, tampoco es aconsejable lanzarse a manos de cualquier distribuidor: es importante apostar por uno que conozca bien el mercado y sus peculiaridades, manteniendo con él una comunicación habitual y fluida.

Formación

En el proceso de internacionalización, el carisma no lo es todo. Podemos tener la valentía y el desparpajo, pero gran parte del éxito de esta aventura radica en algo mucho más básico: el conocimiento. Por eso, es recomendable formarse de forma específica, para dominar, por ejemplo, las claves de la operativa del comercio exterior, o los entramados legales, fiscales o burocráticos que pueden afectarnos.

¿Por dónde empezar?

En la actualidad existen diversas herramientas interesantes para sentar las bases de una operación de internacionalización. Una de ellas es Santander Trade, de Banco Santander. Mediante este portal, la entidad ofrece a sus clientes información del mercado internacional y servicios personalizados para ayudar a las empresas a expandirse con éxito. Entre sus herramientas destaca una serie de indicadores clave para ayudar a seleccionar los países más atractivos para cada actividad internacional. Asimismo, ofrece algunas de las mejores bases de datos disponibles

para empresas importadoras y exportadoras, recursos y alertas de contenidos.

Incluye también calculadoras de aranceles en más de 150 países y un novedoso programa de formación on line certificado por la Cámara de Comercio Internacional con temáticas relacionadas con el desembarco en mercados

extranjeros.

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