Albert Forns retrata el bombardeo de 1938 en Granollers con el libro 'I el cielo nos cayó encima'

El 31 de mayo de 1938 Granollers vivía uno de los episodios más crudos de la Guerra Civil en primera persona. A las 9.05 h, aviones de las fuerzas fascistas italianos bombardeaban el centro del municipio, afectando a espacios como la plaza de la Porxada, llena de gente que había a buscar comida, la Fonda Europa o los colegios, en plena hora de entrada de los niños. 226 personas perdieron la vida, entre ellas 19 menores de 12 años. Ahora, el periodista y escritor Albert Forns reúne el relato de 60 testigos directos de los hechos en el libro 'Y el cielo nos cayó encima' (Edicions 62), donde recoge el minuto en el que las bombas cayeron y la destrucción que generaron pero también la solidaridad y las historias personales que surgen.

Pasaban cinco minutos de las 9:00 cuando por el este aparecieron cinco aviones de la aviación italiana. Eran unos Saboya-S 79, que habían salido de la base de Mallorca, en ese momento al servicio de las fuerzas nacionales, y que se disponían a atacar, presuntamente, una estación eléctrica situada en Granollers.

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Durante un minuto entero las bombas caerán y provocaron la caída de unos ochenta edificios y la muerte de 226 aldeanos, en pleno trasiego de primera hora de la madrugada. Los testigos hablan de charcos de sangre en todas partes, cadáveres repartidos por el suelo y mucha gente herida, que pudo ser atendida en lugares como la farmacia Arimany en primera instancia, pero sobre todo en el hospital de la ciudad, donde todo el mundo se arremangó para ayudar.

El proyecto parte de la campaña 'Contra el olvido. Llamamiento a la memoria del bombardeo', que se puso en marcha en el 2021. "Cuando empecé a investigar me encontré parte del trabajo realizado, con una 40 larga de testigos grabados", explica Forns, que entrevistó a 18 personas además, todas ellas de muy avanzada edad: "Quienes tenían 10 años cuando tuvieron lugar los hechos, ahora tienen más de 90".

A partir de todos los relatos, escogerá aquellos casos más destacados, escogiendo personas que salían a las explicaciones y los recuerdos para convertirlos en protagonistas, explicando los hechos en tercera persona y escogiendo detalles que, desde lo local, pueden convertirse en universales para el drama vivido. Desde la historia de Agustinet, un niño que iba a la escuela y le cayó una bomba encima, hasta el hijo del quiosquero, que las explosiones le empotraron contra una pared: “Durante días y días hubo el rastro de su sangre", apunta Forns.

La obra recoge, también, a la humanidad que despertará la tragedia desde el primer minuto: "Hay un hombre que se dedica a salvar obras de arte de las casas afectadas, o una enfermera del hospital que se pasó el día curando heridos, o los testigos de la farmacia Arimany”, apunta.

Forns asegura que se ha emocionado escoltando las historias de la gente que vivió el impacto de la guerra en primera persona en su ciudad. También ha hecho hoy, en un recorrido por los puntos más destacados donde caer las bombas, entre ellos la Porxada, la Fonda Europa o la calle de Santa Elisabet, pero también el refugio que se construyó en la plaza Maluquer y Salvador.

Era un espacio que se construyó después del bombardeo de 1938, que tenía un túnel que conectaba con la escuela Lluís Castellà, hoy Pereanton, y que sirvió para los bombardeos que tuvieron lugar de nuevo en la ciudad en enero de 1939. El libro pretende mostrar la tragedia de la guerra a clave catalana, acostumbrados, dice Forns, a ver cómo los bombardeos afecten a otros puntos del mundo.

"Es uno de los primeros bombardeos de la historia, la gente no esperaba que cayesen bombas del cielo", dice. No solo atrapó por sorpresa a la gente en la calle, también en su casa, en lugares de paro como la Fonda Europa, o una relojería del centro, donde las bombas hicieron detener los relojes justo a la hora en que paralizaron la vida del municipio.

El libro se presentará a sociedad este miércoles a las 19.00 h con un acto en el Teatre Auditori de Granollers.

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