De ganar la lotería a huir a España: la surrealista historia de Lawrence Candlish

Para muchas personas ganar la lotería sería la solución a la mayoría de los problemas. El simple hecho de imaginar qué haríamos con tanto dinero nos hace soñar y seguir comprando boletos, aun sabiendo que esto es algo que solo pasa a algunos rostros desconocidos que eventualmente salen por televisión.

Puede parecer que recibir tales cantidades de dinero es sinónimo de una vida más fácil, pero la realidad es que no siempre es así. De hecho, un estudio publicado en 2018 por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) demostró que el 70% de los ganadores de algún sorteo de lotería terminan arruinados en tan solo 5 años.

Esto es solo una de las consecuencias fatales que tuvo para el inglés Lawrence Candlish ganar la lotería en 1997. No solo perdió toda su fortuna, también se vio obligado a huir de Reino Unido. Lawrence se compró una casa en Alicante y encadenó una larga lista de malas decisiones que le han llevado a volver a vivir como un pobre.

¿Qué hizo al ganar la lotería?

Con apenas 23 años, Lawrence se embolsó 6,4 millones de euros. Como la mayoría de privilegiados que reciben tales cantidades, Lawrence decidió compartir parte de su fortuna con su familia. Compró siete casas cerca de su residencia para todos sus parientes, entre ellos su hermana Melanie Batey. También donó parte del bote: regaló 1,4 millones de euros a otros miembros de la familia.

Se mudó a España

A los pocos años, el hombre decidió mudarse a Alicante porque unos matones habían incendiado uno de sus domicilios. Allí compró otra casa e intentó empezar un negocio con su padre que al tiempo fracasó. Lawrence se arruinó tras dilapidar toda su fortuna antes de que su progenitor se suicidara en 2009.

Durante el tiempo que estuvo en la península recibió una pensión del Reino Unido a causa de una enfermedad ósea que padecía. Lo hizo mientras residía fuera del país, cometiendo un fraude que le llevó a embolsarse 15.000 euros entre mayo de 2005 y diciembre de 2010.

No fue el único que escondió a su estado que había abandonado el país mientras recibía dinero. Su hermana Batey -a quien regaló parte de su fortuna-sufre paraplejia y también se trasladó a España mientras recibió ayudas y prestaciones por más de 25.000 euros ilegales.

Acusados por el tribunal

Ninguno de ellos tenían derecho a recibir subsidios porque vivían en el extranjero. En 2010 fueron acusados por el tribunal de la Corona de Newcastle y en 2012 se declararon culpables. Ambos volvieron a su país de origen sin un duro y fueron condenados a nueve meses de cárcel y una suspensión de 18 meses.