A cuatro meses del enlace

Bombazo inesperado: Tamara Falcó se toma un respiro en los preparativos de su boda

Su rostro cansado hace pensar que el ajetreo de la boda le esta pasando factura

Tamara Falcó e Íñigo Onieva

Tamara Falcó e Íñigo Onieva / JOSÉ OLIVA / EUROPA PRESS

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Tamara Falcó e Íñigo Onieva han empezado la cuenta atrás para darse el 'sí quiero'. Quedan sólo cuatro meses para que la pareja afiance su relación y los preparativos de la boda ocupan todo su tiempo. De hecho, la marquesa de Griñón está teniendo problemas para cumplir con todos sus compromisos profesionales.

Son muchos los detalles a ultimar y, a pesar de que ya tiene la fecha y el lugar, su vestido de novia, a el encargado de hacer el menú o la lista de regalos de boda, todavía quedan muchas cosas por cerrar. Un listado interminable de preparativos que podrían haber pasado factura a la hija de Isabel Preysler.

De hecho, estos días ha decidido parar para acudir a la Clínica Ruber de Madrid en solitario. Después de varias horas en el interior, en las que al parecer se habría sometido a una revisión rutinaria para comprobar que todo marcha a la perfección, la marquesa de Griñón abandonaba el hospital con una mascarilla quirúrgica bajo la que se adivinaba una ligera sonrisa tranquilizadora. Su rostro cansado hace pensar que el ajetreo de la boda le esta pasando factura y ha decidido darse un respiro para comprobar que todo marcha bien.

Muy discreta, y siguiendo la tónica de los últimos días, tampoco se ha pronunciado sobre la demoledora entrevista póstuma de Laura Boyer, en la que ha arremetido contra su madre tachándola de 'posesiva', 'fría' y 'calculadora', ni ha confesado qué le parece que la familia de la hija de Miguel Boyer y Elena Arnedo haya ignorado a su hermana Ana Boyer en la esquela de la fallecida.